El futuro de las operaciones se llama 'realidad aumentada'. El médico, gracias a unas gafas, puede visualizar el cuerpo del paciente y añadir imágenes de pruebas diagnósticas para ser preciso y rápido. De momento, solo se está utilizando en EEUU en operaciones de espalda.
Con las gafas de realidad aumentada el cirujano es capaz de ver tanto el exterior como el interior del paciente. Mediante escáneres y rayos X se obtienen imágenes previas a la operación y del interior del paciente antes de la operación y se cargan a las gafas. Los médicos pueden buscar así los mejores ángulos y anticipar necesidades o posibles problemas.
El gobierno estadounidense acaba de dar el visto bueno a esta técnica. En España, lo más parecido son las gafas de realidad mixta que permiten al cirujano durante la operación a tener acceso en todo momento a TAC, resonancias o radiografías. Lo que acorta la intervención y se convierte en una ventaja para el paciente.
Un avance, sobre todo, en operaciones largas. Tiempos y precisión que irán mejorando con la aplicación de la realidad aumentada.