"Animamos especialmente a las personas que presentaban con anterioridad afecciones médicas subyacentes a que se vacunen contra la gripe", dijo recientemente el director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan.

La principal preocupación ahora, según Ryan, es que "el aumento de casos de covid-19 y gripe se produzca al mismo tiempo y ello dificulte a médicos y enfermeros a la hora de tratar los casos más graves".

"Vacuna que algo queda", ha señalado el virólogo y profesor de Microbiología de la Universidad de Valladolid, Raúl Ortiz de Lejarazu, para quien, de cara a la temporada de gripe hay que lograr la máxima cobertura posible de vacunación.

Una vacuna que no es eficaz al cien por cien, pero que suprime ingresos en hospitales, reduce ingresos en UCI y la mortalidad. En definitiva, "reduce la sobrecarga del sistema sanitario".

En la temporada 2018-19 se produjeron en España 35.344 hospitalizaciones con gripe confirmada, según datos del Centro Nacional de Epidemiología perteneciente al Instituto de Salud Carlos III.

La temporada de vacunación contra gripe empieza a lo largo de octubre, pero existe la posibilidad de adelantarla este año, debido a la Covid-19.

La vacuna contra la gripe genera anticuerpos que se van perdiendo con los meses, por lo que, cuanto antes se ponga, antes irán desapareciendo. Las epidemias de gripe se dan en enero y febrero. Ambas enfermedades comparten síntomas, como la fiebre, la tos y el dolor muscular, por eso, su aparición puede hacer dudar de qué enfermedad se trata, mientras que otros como la pérdida del olfato o el gusto son propios del actual coronavirus.

Investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) han determinado, en un estudio, el orden probable en el que aparecen los síntomas de la Covid-19.

Otra pregunta aún por responder es si ambas enfermedades pueden tener alguna interacción. Científicos del Instituto Max Planck (Alemania) y del Instituto Pasteur (Francia) sacaron este mes un estudio que no descarta esa posibilidad.

El equipo analizó datos de comienzo de año, cuando la gripe circuló con el coronavirus en algunas zonas de Europa y encontraron "pruebas consistentes" de un aumento medio de entre 2 y 2,5 veces de la transmisión del SARS-Cov-2.

Sin embargo, Ortiz de Lejarazu no considera normal que ambos virus puedan tener una interacción y cita otros artículos en esa dirección. Existen virus que tienen periodos de circulación muy largos, como el SARS-CoV-2 o los rinovirus del catarro, pero los picos epidémicos "no suelen coincidir".

Además, la infección por cualquier virus respiratorio desencadena -dice- un respuesta inmune inespecífica, "que funciona frente a todos los virus", lo que hace más difícil la infección por otro.