Para llevar a cabo el estudio, liderado por la Universidad de Exeter, se examinaron datos de unos 4.000 pacientes de 50 años o más. Durante seis meses se analizaron los resultados de la prueba inmunoquímica fecal (FIT), que cuesta unos 4 euros y puede detectar rastros de sangre ocultos en las heces.

Esta prueba se realizó a cualquier persona con síntomas de bajo riesgo de cáncer colorrectal, es decir, dolor de estómago, pérdida de peso inexplicable o anemia.

De junio a diciembre de 2018, se realizó esta prueba a 3.890 pacientes. De ellos, 618 dieron positivo en sangre en las heces, 43 de los cuales recibieron diagnóstico de cáncer colorrectal los doce meses siguientes. Entre los que dieron negativo, solo ocho fueron diagnosticados con cáncer colorrectal un año después.

El cáncer colorrectal tiene una elevada tasa de mortalidad. Cada año, se diagnostica 1,8 millones de casos en todo el mundo y provoca 900.000 muertes. El diagnóstico precoz es clave para aumentar su supervivencia.

El bajo coste y la sencillez de esta prueba, la convierten en un test con potencial para ser utilizado también en pacientes sin síntomas.