El estudio está publicado en la revista 'Clinical Cancer Research' y ha sido posible gracias a la Fundación Susan G. Komen y a todo el esfuerzo colaborativo de investigadores del Vall d'Hebron Barcelona Hospital Campus.

Para desarrollarlo, analizaron el secretoma de las células cancerígenas y vieron que HMGA1 se encontraba en una zona diferente al habitual. El secretoma está compuesto por el conjunto de proteínas secretadas por las células. Se utilizan para mandar mensajes entre células, y realizan multitud de funciones.

Sin embargo, en el laboratorio del Grupo de Biomarcadores Tumorales del VHIO han hallado un grupo de proteínas teóricamente intracelulares que también se secretan en células tumorales. Sus estudios sugieren que una fracción del proteoma intracelular podría desempeñar papeles imprevistos en el espacio extracelular durante la tumorogénesis.

Querían buscar nuevas dianas terapéuticas para el cáncer de mama triple negativo que tuvieran relación con la invasión tumoral. Para ello, "comparamos el secretoma de líneas invasivas y no invasivas y vimos que había un grupo de proteínas que no deberían estar ahí, ya que no estaban consideradas como una secreción clásica", señala el doctor Josep Villanueva.

Entre ellas, encontraron HMGA1, que ya se conocía su relación con los procesos de metástasis e invasión del cáncer, pero que al estar en el núcleo celular "no era viable como objetivo para el desarrollo de fármacos específicos dirigidos contra ella".

"Esta proteína tiene una hermana, la HMGB1, que es un marcador que está en la sangre. Es posible que toda la familia HMG tenga predisposición a estar en varios lugares, y es otra de las vías de investigación que se abren a raíz de este trabajo", expone.

El trabajo no solo permite que se empiecen a investigar nuevos fármacos que empleen a HMGA1 como diana, también ha servido para demostrar que puede utilizarse como un biomarcador que prediga el inicio de la metástasis antes de que empiece.