Los hallazgos publicados con motivo del Día Mundial del Corazón en el que se ha instado a los empresarios a invertir en salud cardíaca de sus empleados para que adopten medidas que fomenten una mejor salud cardiovascular.

Los autores del estudio calcularon el impacto económico de prevenir futuros casos de enfermedad cardiovascular en Australia durante los próximos 10 años. Esto ahorraría casi 13.000 millones de euros en el PIB debido a la reducción de muertes vinculadas con estas enfermedades y el aumento de la productividad. En concreto serían unos 44.000 euros por cada caso evitado.

La enfermedad coronaria representa un tercio de todas las muertes en personas mayores 35 años. Las personas con esta enfermedad tienen más días de absentismo en el trabajo y son menos productivas en comparación con la población en general. Además, tienen más probabilidades de jubilarse anticipadamente.

La jubilación anticipada por enfermedad cardíaca representó la mayor parte de la perdida de productividad estimada (el 65,4%).

Los investigadores consideran que los responsables políticos deberían considerar el gasto de estas enfermedades como una inversión en salud pública.

Para llevar a cabo esta investigación, utilizaron una métrica llamada año de vida ajustado por productividad (PALY), que ajusta los años vividos para reducir la productividad debido a una enfermedad o mala salud.