Los expertos aseguran que cuando se entienden las formas en que operan las diferencias de sexo en la salud, se puede prevenir y tratar las condiciones médicas de forma más efectiva.

Por ejemplo, la infección por SARS-CoV-2 afecta de forma desproporcionada a los hombres con una letalidad 2,4 veces mayor en ellos.

Por lo que no tener en consideración las diferencias de sexo puede suponer un fracaso para fármacos prometedores, según advierten. Los medicamentos se prueban en líneas celulares o animales antes de que se realicen ensayos de medicamentos en humanos y la mayoría de estos estudios se basan principalmente en animales machos.

Numerosos estudios publicados utilizan modelos animales y no informan sobre el desglose por sexo. Los estudios clínicos no consideran el sexo como una variable y, en cambio, a menudo informan que puede ser un factor de confusión.

Si no se explican las diferencias de sexo, algunos medicamentos que podrían ser beneficiosos para las mujeres nunca tienen la oportunidad de llegar al mercado. El proceso de desarrollo de fármacos utilizando solo machos de una especie.

Por ejemplo, las enfermedades cardíacas y renales se presentan de manera diferente en mujeres y hombres. Aunque el doble de mujeres que de hombres reportan enfermedades relacionadas con el estrés, pocos estudios están enfocados para explorar mecanismos que resalten tanto las similitudes como las diferencias entre ambos sexos.