Guillermo Rodrigo dirige al equipo que ha conseguido una nueva manera de detección de ácidos nucleicos (que componen el material genético de virus, bacterias y humanos), basado en la proteína Cas9 para localizar en muestras clínicas SARS-CoV-2.

El sistema permite la detección tanto de varias regiones del mismo virus como de diferentes tipos de coronavirus. En conclusión, permite realizar el diagnóstico con la velocidad de los test de antígenos y con la precisión de una PCR. La posibilidad de detectar otros virus y además biomarcadores humanos hace muy versátil este método, lo que ha llevado a presentar una patente europea.

Lo distintivo del método

CRISPR Cas9 permite la detección multiplexada de diferentes secuencias: para cada una de ellas, puede diseñarse una secuencia guía y una molécula reportera específicas. Los sistemas CRISPR discriminan con gran resolución secuencias genéticas (obteniendo la precisión de una PCR) y se pueden acoplar a métodos rápidos de amplificación isotérmica (con la velocidad de un test de antígenos).

La investigadora predoctoral del I2SysBio participante en el desarrollo de esta técnica, Rosa Márquez, declara que “existen otras técnicas de detección con sistemas CRISPR, pero hacen uso de una actividad enzimática de corte inespecífica, lo que limita la detección multiplexada. Nuestro sistema no se basa en el corte de cadenas de ácidos nucleicos, sino en reconfiguraciones moleculares que se producen gracias a interacciones específicas, pudiendo así detectar en una misma reacción diferentes secuencias”.

Este método se ha puesto a prueba con la detección SARS-CoV-2, pero el equipo investigador opina que se podrá emplear en la detección de infecciones producidas por otro tipo de virus incluso mutaciones o biomarcadores en seres humanos. Con el fin de proteger este método el CSIC y la UV han presentado conjuntamente una solicitud de patente europea.