El pasado domingo, 24 de octubre, tuvo lugar la Cumbre Mundial de la Salud en Berlín, donde el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus hizo hincapié en la necesidad de un reparto justo de las vacunas para acabar con la pandemia.

En este sentido, el dirigente de la OMS aseguró que el mundo tiene todas las herramientas efectivas, tanto de salud pública como médicas, para poner fin a la crisis sanitaria, pero no las utiliza de manera adecuada.

A la semana se producen casi 50.000 muertes, sin contar los casos no reportados, de manera que la pandemia está lejos de acabar. Sin embargo, el experto afirmó que aún es posible alcanzar el objetivo de vacunar al 40% de la población de cada país hasta finales de este año, pero bajo determinadas condiciones.

Para ello, también es necesario que los productores prioricen y cumplan sus compromisos con COVAX y AVAT para garantizar una mayor transparencia sobre el destino de las vacunas y compartir sus conocimientos, tecnologías y licencias, así como renunciar a los derechos de propiedad intelectual.

En este sentido, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) han aprobado la administración de dosis de refuerzo de las vacunas de Moderna y de Johnson&Johnson (Janssen) para algunos casos, sumándose a la aprobada el mes pasado para Pfizer.

Por su parte, la Comisión Europea (CE) ha anunciado el establecimiento de diez tratamientos posibles contra la Covid-19, que incluye anticuerpos monoclonales antivirales, antivirales orales e inmunorreguladores.

Finalmente, la CE estudiará la posibilidad de firmar contratos de adquisición conjunta, de modo que los medicamentos se repartan posteriormente entre los países de la Unión.