Los resultados del análisis de los datos de detección de participantes para el estudio A4, muestran que la carga de almioide en adultos se asocia con antecedentes familiares de Alzheimer y con puntuaciones más bajas en las pruebas cognitivas.

El almioide, considerado hasta ahora como un sello distintivo de esta enfermedad, ha sido el objeto para terapias de varios ensayos clínicos realizados a personas que ya muestran síntomas de enfermedad neurodegenerativa. Sin embargo, la nueva investigación ha demostrado que estas terapias también podrían ser un buen tratamiento para personas con niveles altos de dicha proteína y que aún no presenten síntomas, pues es un posible marcador de la patología.

El estudio A4, con finalización prevista a finales de 2022, es un ensayo de prevención lanzado en 2014 que tiene como objetivo analizar si un fármaco consistente en un anticuerpo monoclonal, es capaz de retrasar el deterioro cognitivo asociado con el aumento del amiolide cerebral en el caso de que se inicie el tratamiento antes de que aparezcan los síntomas clínicos.

Por ello, se ha realizado una evaluación a más de 4.480 personas con imágenes de tomografía por emisión de positrones (PET) almiode para así medir la acumulación de este en el cerebro; unas imágenes que revelan que 1.323 pacientes presentaban niveles altos.

De modo que, este análisis demuestra que el Alzheimer nunca tendrá un tratamiento único, y que se deberán combinar distintas terapias en función de los factores de riesgo de cada paciente.

El Instituto Nacional sobre el Envejecimeinto, que parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, ha proporcionado importantes fondos para realizar esta investigación.