La terapia experimental contra la ELA se basa en el trasplante de células de la médula ósea a los músculos tibial, situado delante de la espinilla y que sirve para levantar el pie, y los de la mano, donde la pérdida de fuerza en la enfermedad es clínicamente muy evidente.

"La falta de recursos públicos ha impedido hasta ahora proponer pruebas en humanos por el coste que conlleva", ha lamentado Salvador Martínez, director de este centro investigador que ya ha probado con éxito el tratamiento en ratones.

En concreto, la terapia experimental se basa en el trasplante de células de la médula ósea a los músculos tibial, situado delante de la espinilla y que sirve para levantar el pie, y los de la mano, donde la pérdida de fuerza en la enfermedad es clínicamente muy evidente.

Según explica Martínez en la web del centro investigador, estas células madre adultas actúan como protectoras y evitan la muerte de las neuronas motoras (llamadas motoneuronas al ser las responsables del movimiento de los músculos), con el añadido de que no hay rechazo porque las células trasplantadas provienen del propio paciente.

Por ello, el siguiente paso sería probar esta terapia en un total de 100 pacientes a través de un ensayo clínico que se llevaría a cabo durante tres años en los hospitales Virgen de la Arrixaca de Murcia, General de Alicante y Sant Joan d'Alacant.

En principio su objetivo es hacer un ensayo clínico mediante el sistema de doble ciego y consistiría en inocular en los músculos de una mano las células de médula ósea y en los de la otra un tipo de placebo, sin que ni médico ni paciente conozcan cuál es cuál.

"En caso de éxito posibilitaría muy poco después aplicar el tratamiento a los 900 nuevos pacientes de ELA que se diagnostican anualmente en España, con el fin de detener la parálisis progresiva e irremediable de sus músculos", ha defendido el investigador.

Además, Martínez destaca el potencial de este método de trasplante dado que en el músculo se pueden introducir muchas células, "tantas como necesitemos y en las dosis que se requieran (en función del tamaño del músculo) y, además, se realiza sin intervención quirúrgica y solo con anestesia local".

Este experto ha lamentado que su estudio "no interesa a los grandes laboratorios farmacéuticos" por no usar productos comercializables, sino "las células del propio enfermo", y asegura que grupos de Italia y Noruega ya se han interesado en su desarrollo.