Aunque estas patologías no suelen revestir gravedad, pueden resultar muy molestas y dolorosas y afectar a la vida diaria, por lo que es aconsejable intentar prevenirlas y saber actuar ante los primeros síntomas.
La cistitis suele ser la infección urinaria más frecuente, especialmente en mujeres jóvenes, y se caracteriza por ser una infección provocada por bacterias, que causa inflamación y dolor en la vejiga acompañándose de otros síntomas como la polaquiuria, que es la necesidad de orinar muchas veces durante el día pero en poca cantidad, el tenesmo vesical, que es la sensación persistente de ganas de orinar tras haber finalizado la micción, y la disuria, dolor durante la micción.
Las causas principales de las infecciones de orina son el sudor, una menor ingesta de líquidos y mantenerse con el bañador mojado durante un largo período de tiempo. Estos factores provocan una alteración de la flora vaginal normal propiciando la proliferación y crecimiento de bacterias patógenas que pasan a la vejiga a través de la uretra. El origen de la mayoría de las infecciones urinarias, señala el doctor, son microorganismos provenientes de la vía intestinal y sólo una minoría son producidas por microorganismos ambientales.
La bacteria Escherichia Coli, que se encuentra en heces, es responsable de entre el 70 y el 90% de los casos de infecciones. Con menos frecuencia se puede producir infección por otros bacilos gramnegativos intestinales y en personas con patología debilitante o inmunosupresión serratia o pseudomonas. Menos frecuentemente se producen por hongos y levaduras, virus y parásitos.
El diagnóstico se realiza de forma sencilla y rápida en el servicio de Urgencias mediante un análisis de la orina con tira reactiva. Esta prueba, junto con los síntomas del paciente, orienta para el diagnóstico, que debe ser confirmado a través de un cultivo de orina, ha comentado. No obstante, se debe comenzar con antibioterapia empírica de inmediato.
Evitar infecciones de orina
Para evitar las infecciones de orina, el doctor aconseja aumentar la ingesta de líquidos lo suficiente como para producir dos litros de orina en 24 horas, siempre que no esté contraindicado por otra patología médica. También ayuda orinar con mayor frecuencia, cada dos-tres horas, no permanecer con el bañador mojado, evitar los cambios de temperatura bruscos, secarse siempre de adelante a atrás y evitar el estreñimiento.
No se deben utilizar productos irritantes en el área urogenital como espermicidas o duchas vaginales y se recomienda el uso de ropa interior de algodón, con el fin de no alterar la flora vaginal. Es imprescindible seguir una hidratación adecuada y una alimentación sana rica en frutas y verduras, ha recomendado.
La incidencia de infecciones urinarias es estacional y alcanza su punto máximo en los meses de verano, con un pico significativo a mitad de la estación, según informa laSociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
En los días en los que la temperatura media semanal se sitúa entre 25 y 30 °C, la incidencia de ITU aumenta en un 20-30% con respecto a las semanas con temperatura inferior, ha expuesto, y a medida que aumentan las temperaturas, puede aumentar las complicaciones atribuibles a las Infecciones del tracto urinario.
Problemas en el oído externo
Otras consultas frecuentes durante este verano están siendo las relacionadas con los problemas del oído externo. Es muy típica la aparición de otitis externas durante la época estival debida, en gran medida, a la humedad mantenida en el conducto auditivo tanto por agua salada como dulce, y también asociada a pequeñas lesiones que se producen al usar tapones o por rascado, que provocan el crecimiento de bacterias en la zona y la infección de la piel del oído. El síntoma principal es el dolor sobre todo al presionar y al tragar.
Para evitar estos problemas, el especialista ha aconsejado realizar un buen secado del oído sin introducir ningún objeto o elemento dentro del conducto, evitar que entre agua en el oído y no fumar. Aquellas personas que permanecen en el agua durante horas pueden utilizar espray o gotas específicas de limpieza y secado, ha añadido.
Su tratamiento implica la aplicación de calor seco y limpieza del conducto auditivo externo, analgésico por vía oral y el médico de urgencias valorará la posibilidad de antibioterapia tópica en forma de colirio. En el caso de aparición de tapón de cerumen, que puede originar la misma sintomatología, es importante administrar gotas ablandadoras con el fin de la destrucción de éste, que posteriormente será extraído por el otorrinolaringólogo en consultas externas.
Ante la aparición de alguno de estos síntomas se debe acudir al servicio de Urgencias, ya que son patologías leves de fácil diagnóstico y tratamiento, pero que sin un abordaje adecuado a tiempo pueden llegar a ser muy molestas.