El último informe del proyecto de código abierto 'Nextstrain' ha estudiado 512 genomas de pacientes de 33 países de los cinco continentes, una cifra que aumenta día a día.

De hecho, desde el pasado viernes, España ya está presente en los mapas de los movimientos del coronavirus, puesto que antes no había ninguna secuencia de pacientes españoles.

Según el estudio, disponer de tantas secuencias es un logro importante, ya que los datos existentes permiten hacer inferencias acerca del brote del virus, además de monitorear los casos de la pademia.

No obstante, aunque más de 500 cepas parecen muchas, los autores señalan que es pronto para sacar conclusiones firmes referidas a la dispersión del COVID-19. Sin embargo, estos resultados sí desmienten que existan dos variantes del virus en la actualidad.