En la actualidad, el método de desarrollo de vacunas implica la toma de muestras de la enfermedad y la creación de un antígeno a través del crecimiento de los virus en células primarias, lo que supone conseguir estas muestras de donantes infectados y aislar luego el antígeno de las células usadas para crearlo.

Los investigadores han logrado, gracias a este hallazgo, un nuevo método que podría alterar la producción de anticuerpos para tratar un amplio espectro de enfermedades y facilitar el desarrollo de nuevas vacunas, aislando, a su vez, las muestras de sangre.

Además del encuentro con un antígeno, las células necesitan una segunda señal para empezar a desarrollar estos anticuerpos, lo que podría conseguirse gracias a los fragmentos de ADN llamados CpG oligonucleótidos, que activan una proteína, la TLR9.

El procedimiento no depende de que los donantes hayan sido expuestos a estos antígenos previamente, y se logró, por ejemplo, generar anticuerpos contra el VIH desde células aisladas por pacientes sin VIH.