Este avance se centra en la inhibición de una enzima específica, conocida como indol-2,3-dioxigenasa 1 (IDO1), cuya inhibición podría rescatar la memoria y la función cerebral en modelos que simulan la enfermedad de Alzheimer. Los inhibidores de IDO1 están siendo desarrollados principalmente como tratamiento para varios tipos de cáncer, como el melanoma, la leucemia y el cáncer de mama. Sin embargo, recientes investigaciones sugieren que estos fármacos podrían tener aplicaciones mucho más amplias, especialmente en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
Actualmente, los tratamientos para el Alzheimer se enfocan en controlar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad, pero no existen terapias aprobadas que combatan la aparición del Alzheimer. Los investigadores han demostrado que al bloquear la IDO1, es posible restablecer el metabolismo saludable de la glucosa en los astrocitos, un tipo de célula cerebral clave. Este restablecimiento del metabolismo podría ser crucial para proteger la función cerebral y prevenir el deterioro cognitivo característico de enfermedades como el Alzheimer.
Los efectos protectores observados al inhibir la IDO1 parecen extenderse a otras patologías neurodegenerativas, lo que abre la posibilidad de que estos inhibidores podrían convertirse en una nueva clase de tratamiento que no solo trata los síntomas, sino que también podría combatir las causas subyacentes de estas enfermedades debilitantes.