A través de un estudio genético centrado en descubrir los riesgos asociados de todo tipo de factores externos, al desarrollo de distintas enfermedades se ha probado que el consumo de alcohol aumenta las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.

Además, esta investigación que ha usado datos genéticos a gran escala, tanto de distintos consorcios como del Biobanco de Reino Unido, confirma que el consumo excesivo de este tipo de bebidas no solo estaría asociado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio; sino que sería responsable principal de este tipo de patologías.

La investigación se ha centrado en una técnica conocida como aleatorización mendeliana, que utiliza las variantes genéticas asociadas a distintos factores de riesgo, para determinar las posibilidades que existen de desarrollar cierto tipo de patologías.

En el caso del alcohol, su consumo elevado supone que se tripliquen las posibilidades de una enfermedad arterial periférica, así como un 27% de aumento en el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares. Por otra parte, este tipo de bebidas pueden provocar distintos daños en las arterias coronarias, o derivar en fibrilación auricular y aneurisma aórtico.