Los datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) destacan que en 2018 se contabilizaron 257 donantes de piel, de los que 153 eran de Cataluña, 52 de Andalucía, 34 de Madrid y 18 de la Comunidad Valenciana, ciudades que cuentan con bancos de piel. La cantidad total recogida fue de 560.000 cm2, con los que se realizaron trasplantes a 43 pacientes de ‘grandes quemados’ (entre 40 y el 50% de la superficie corporal con quemaduras).

En el accidente de un caza-F16 de la Fuerza Aérea griega (enero de 2015, en Albacete) que se tuvo que atender a cinco personas a la vez con graves quemaduras y tuvieron que ser sometidas a un trasplante de piel. Sin embargo, no hubo necesidad de importar el órgano puesto que fue suficiente con la cantidad que había almacenada en el banco del Hospital La Paz (Madrid), centro donde fueron atendidos.

En otras dos ocasiones las unidades de quemados recibieron un preaviso de emergencia, en el accidente de Spanair (2008) y en el 11M (2004), aunque al final no tuvieron que intervenir.

El jefe de sección del servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital La Paz, Ramón Martínez Méndez, ha comentado que, en un primer momento, que te digan que te van a quitar piel suena chocante, pero que la piel se extrae de zonas no visibles, normalmente espalda o de las zonas posteriores de las piernas.

Además, un paciente sano tiene de media dos metros cuadrados de piel (20.000 cm2) y lo habitual es extraer entre 4.500 y 5.000 cm2 por cadáver.

El injerto de piel, que se utiliza como un apósito temporal para evitar infecciones mientras se regenera poco a poco la piel del propio paciente, supone ser el único órgano capaz de ser extraído sin latido, y que con sistemas de congelación y glicerol aguanta hasta cinco años tras su almacenamiento.

Existen seis hospitales españoles referencia en unidad de quemados: el Hospital de Getafe, el Vall d'Hebron (Barcelona), el Complejo Hospitalario de A Coruña, el Virgen del Rocío de Sevilla, la Fe de Valencia, y el ya nombrado Hospital La Paz de Madrid.