Una nueva investigación para prever la aparición de Alzheimer recoge el testigo presentado por un estudio, que en 2019 relacionaba el surgimiento de esta enfermedad, con una alta presencia de la proteína beta amiloide en sangre.

Ahora se ha descubierto que a través de un análisis de sangre no solo sería posible situar en grupos de riesgo futuro de Alzehimer a personas que aún no cuentan con ningún síntoma. Sino que también se podría prever con mucha más exactitud el desarrollo de esta enfermedad.

Además, a través de la medición de los niveles en sangre de tau 181 fosforilada (pTau181) podría distinguirse entre un deterioro neurodegenerativo leve, demencia frontotemporal y Alzheimer. El avance principal de esta investigación también se encuentra en los dos últimos puntos; puesto que hasta ahora la mayoría de análisis no lograban distinguir entre este tipo de demencia y el desarrollo de Alzheimer.

Gracias a este descubrimiento podría acelerarse la investigación sobre el Alzheimer, ya que sería posible derivar a pacientes a ensayos clínicos sobre esta enfermedad, así como detectar un desarrollo temprano del Alzheimer en personas con deterioro cognitivo leve.

En la actualidad la mayoría de pruebas existentes para la detección del Alzheimer consisten en una exploración a través de escáner, o en una punción lumbar para estudiar la presencia de amiloide y tau en el líquido cefalorraquídeo. No obstante, estas pruebas pueden resultar costosas, invasivas y no estar disponibles en todas las clínicas especializadas.