Los físicos de la Universidad de Cantabria (UC) Pablo Abella y Javier González Colsa han diseñado una nanopartícula que puede mejorar las técnicas que se utilizan en la termoterapia contra el cáncer y evitar efectos secundarios en el tejido sano.
Esta partícula actúa como un "nanocalentador" capaz de generar temperaturas suficientemente elevadas para el tratamiento de tumores al ser iluminada en las longitudes de onda adecuadas, explica la UC en un comunicado. Los dos investigadores, que han publicado los resultados de su trabajo en la revista científica 'Small structures', están colaborando con un equipo multidisciplinar de la Universidad Complutense de Madrid, donde se están realizando los primeros ensayos de aplicación in vitro "con unos resultados iniciales prometedores", destaca.
Según explica Javier González Colsa, la estructura que han diseñado es un núcleo de ADN hilado sobre sí mismo formando un toroide, con una capa de oro encima. El proyecto nació en 2018 de la mano de Pablo Albella, que estaba investigando en nanocalentadores capaces de unirse a zonas cancerígenas y generar calor que vaya directo al tumor y no al tejido sano que está alrededor, evitando así efectos secundarios.
La investigación dio un paso adelante con la colaboración de González Colsa y su tesis para la fabricación de estas partículas. Para fabricarlas, los dos físicos cuentan con la colaboración del investigador de la Universidad de Aalto (Finlandia) Anton Kuzyk, experto en una técnica denominada ‘origami’.
Con esta técnica se pueden seleccionar cadenas de ADN, darles la forma deseada y acoplar a la estructura unas partículas en forma de pequeñas esferas de oro. Según González Colsa, una de las ventajas de esta estructura es que es polivalente. "Es muy sencillo modificar su respuesta térmica y su respuesta espectral, por lo que sería posible, en teoría, aplicarlo a distintos tipos de cáncer sin más que modificar los parámetros estructurales para que la longitud de onda y la temperatura sean las que te interesan", ha señalado