Una nueva investigación internacional, con colaboradores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF), podría haber descubierto la forma de prever cómo se desplazarán las células cancerígenas, responsables de tumores y de metástasis, dentro del organismo. Para ello, los investigadores se han basado en un ensayo clínico enfocado en el movimiento celular a través de un circuito formado por túneles que presentaban diferentes anchuras y presiones hidráulicas.

Además, también se ha simulado la resistencia hidráulica; un parámetro que aparece mucho más en tejidos tumorales que en sanos y que, si bien influye en el movimiento molecular, hasta ahora se desconocía su relación con este tipo de desplazamiento celular.

A través de las mediciones de las corrientes eléctricas generadas por una serie de proteínas celulares, que actúan como reflejos para responder a las condiciones físicas del entorno, se ha podido observar el factor decisivo para el movimiento celular.

De esta forma, los autores del estudio han demostrado que el movimiento molecular se basa en evitar la resistencia hidráulica. Es decir, que las moléculas, y en especial las células tumorales, se desplazarían por rutas que les supusieran el menor esfuerzo a la hora de tener que desplazar o empujar columnas de líquidos.

Este descubrimiento supone que las células tumorales decidirían de forma consciente qué caminos utilizar a la hora de expandirse por el cuerpo. Para ello, reaccionarían a las distintas resistencias hidráulicas que encontraran a su paso. Aunque eso les obligara a desplazarse por caminos más largos o más angostos.