Los investigadores descubrieron que los bebés nacidos de madres infectadas muestran mayores dificultades para relajarse y adaptar su cuerpo cuando se les coge en brazos, en comparación con los bebés de madres no infectadas, especialmente cuando la infección tuvo lugar al final del embarazo. Además, los bebés nacidos de madres infectadas tienden a mostrar más dificultad para controlar los movimientos de cabeza y hombros.

Estas alteraciones sugieren un posible efecto de Covid-19 sobre la función motora.

Estos hallazgos son el resultado de una evaluación inicial del proyecto español COGESTCOV-19, que estudió el embarazo y el desarrollo de los bebés de madres infectadas por la Covid-19. El proyecto continuará para vr si hay más efectos a largo plazo. En concreto, se hará un seguimiento del lenguaje y el desarrollo motor de los bebés entre los 18 y los 42 meses de edad.

Para llevar a cabo esta evaluación inicial, se compararon los bebés nacidos de 21 mujeres embarazadas con Covid-10 y sus bebés, con 21 controles sanos en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander.

Las madres se sometieron a una serie de pruebas durante y después del embarazo, que incluían pruebas hormonales y otras bioquímicas, pruebas salivales, pruebas de movimiento y cuestionarios psicológicos.

Todos los análisis fueron ajustados a la edad del bebé, el sexo y otros factores. Las pruebas postnatales incluían la Escala de Evaluación del Comportamiento Neonatal (NBAS), que mide el movimiento y el comportamiento del bebé.

Los expertos aseguran que es importante estudiar los efectos directos e indirectos de la pandemia de la Covid-19 en la salud de las madres y los bebés. El embarazo es un periodo que determina gran parte de nuestro desarrollo posterior, y la exposición a la adversidad puede dejar huellas biológicas duraderas.