El hipotiroidismo, una de las disfunciones tiroideas más frecuentes, provoca una disminución en la producción de hormonas tiroideas, lo que se traduce en un enlentecimiento general del metabolismo. Esta alteración puede manifestarse en forma de cansancio, somnolencia, lentitud mental, dificultad para concentrarse o sensación de falta de energía en el día a día.
El papel clave del tiroides en el metabolismo
Tal y como explica el endocrinólogo Esteban Jódar, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, la glándula tiroides desempeña un papel fundamental en la regulación del metabolismo. Sus hormonas influyen directamente en procesos como la producción de calor corporal, el consumo de oxígeno por las células y el gasto metabólico basal, es decir, la energía que el cuerpo utiliza para mantenerse en funcionamiento incluso en reposo.
Cuando el tiroides funciona correctamente, los niveles de energía suelen mantenerse estables. Sin embargo, cuando aparece una alteración, los efectos pueden ser notables. En el caso del hipotiroidismo, el organismo funciona a un ritmo más lento, lo que explica la aparición de síntomas como la fatiga persistente o la lentitud física y mental. En el extremo contrario, el hipertiroidismo, caracterizado por un exceso de hormonas tiroideas, puede provocar nerviosismo, insomnio, palpitaciones, hiperactividad e irritabilidad. Estas alteraciones hormonales también pueden tener un impacto sobre el estado de ánimo. Dificultades para concentrarse, sensación de apatía o incluso síntomas depresivos pueden estar relacionados con un funcionamiento anómalo del tiroides.
Por qué el hipotiroidismo provoca fatiga
Las hormonas tiroideas actúan como reguladoras de múltiples funciones del organismo. Cuando su acción se reduce, como ocurre en el hipotiroidismo, el metabolismo se ralentiza a todos los niveles; desde la actividad neuronal hasta la función cardíaca o la de otros órganos. Este enlentecimiento generalizado explica por qué muchas personas con esta patología describen una sensación constante de agotamiento, aunque no realicen esfuerzos físicos importantes.
En este contexto, es importante no normalizar el cansancio crónico ni atribuirlo siempre al estrés o a la falta de descanso, especialmente cuando se acompaña de otros síntomas como dificultad para concentrarse, aumento de peso inexplicable o sensación de frío.
Aunque el tratamiento médico es clave cuando existe una disfunción tiroidea diagnosticada, los hábitos de vida saludables juegan un papel fundamental en el bienestar general. Según el doctor Jódar, las recomendaciones para las personas con hipotiroidismo no difieren demasiado de las que se dan a la población general. Mantener un ritmo regular de sueño y vigilia, dormir las horas necesarias y cuidar la calidad del descanso son pilares básicos. A ello se suma la práctica de ejercicio físico regular, que ha demostrado tener un impacto muy positivo tanto en el nivel de energía como en la calidad del sueño.
El especialista recomienda combinar ejercicio aeróbico, como caminar o nadar durante unos 30 minutos al día, con ejercicio de fuerza al menos tres veces por semana en días no consecutivos. Todo ello acompañado de una dieta mediterránea, equilibrada y rica en alimentos frescos.
Cómo detectar si el tiroides puede estar detrás del cansancio
Cuando existe una fatiga inusual y persistente, es fundamental acudir al médico para valorar posibles causas. La función tiroidea se evalúa mediante un análisis de sangre, en el que se miden principalmente dos parámetros; la TSH (hormona estimulante de la tiroides) y la T4 libre (tiroxina libre). El hipotiroidismo es una de las enfermedades endocrinológicas más frecuentes, especialmente si se tiene en cuenta el llamado hipotiroidismo subclínico. En esta situación, los niveles hormonales muestran alteraciones leves y, por lo general, no aparecen síntomas claros, por lo que solo se trata en determinadas circunstancias.
Actualmente, los trastornos tiroideos están bien diagnosticados, gracias a que estas pruebas forman parte de las analíticas habituales que puede solicitar cualquier médico. De hecho, suelen incluirse en estudios básicos realizados a personas con cansancio crónico, debilidad, hipercolesterolemia, osteoporosis, diabetes u obesidad.
Reconocer que el cansancio persistente no siempre es "normal" es el primer paso para detectar posibles problemas de salud. El funcionamiento del tiroides, aunque silencioso en muchas ocasiones, tiene un impacto profundo en el equilibrio físico y mental. Consultar con un profesional sanitario, realizar las pruebas adecuadas y mantener hábitos de vida saludables puede marcar la diferencia entre convivir con el agotamiento o recuperar la energía y el bienestar en el día a día.