Para llevar a cabo este estudio, publicado en la revista 'PLOS Genetics', los investigadores utilizaron una herramienta genética con la que identificaron seis proteínas que podrían subyacer a un mayor riesgo de Covid-19 grave y ocho que, por el contrario, podrían contribuir a la protección contra la infección.
Una de las proteínas identificadas por tener una conexión causal con el riesgo de desarrollar una Covid-19 grave es la ABO y determina los grupos sanguíneos, lo que sugiere que estos desempeñan un papel decisivo para que las personas desarrollen formas más graves de la enfermedad, y respalda los hallazgos anteriores sobre la asociación del grupo sanguíneo con una mayor probabilidad de muerte.
En concreto, las investigaciones previas mostraban que la proporción del grupo A es mayor en los individuos positivos en Covid-19.
La evaluación de la relación entre las proteínas sanguíneas y la enfermedad puede ayudar a comprender los mecanismos subyacentes y a identificar posibles nuevas dianas para el desarrollo o la reconversión de fármacos.
Los nieves de proteínas pueden medirse a partir de muestras de sangre, pero llevar a cabo una investigación de un gran número de proteínas es costoso y no permite establecer una dirección causal.
En este punto es donde la genética puede desempeñar un papel fundamental. La aleatorización mendeliana, un método para comparar las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud, utilizando grandes conjuntos de datos genéticos, puede evaluar la relación entre las variantes genéticas relacionadas con una exposición (en este caso, niveles elevados de proteínas sanguíneas individuales) y las variantes genéticas relacionadas con el resultado de la enfermedad (en este caso, Covid-19 grave).
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