Se esperaba vacunar a los menores de 5 a 12 años a partir del 2022, pero el ritmo de vacunación ha ido tan rápido que es posible vacunar a 3,2 millones de niños de este rango de edad a partir de este otoño.
En este sentido, durante el mes de agosto, las comunidades autónomas comenzaron a vacunar a los adolescentes a partir de los 12 años. Por ello, el Ministerio de Sanidad, junto con la Agencia Europea del Medicamento (EMA) está valorando la vacuna pediátrica, a los menores de esta edad.
Por su parte, Pfizer ya ha realizado ensayos de la vacuna pediátrica en menores de 12 años, donde se han apreciado los mismos efectos adversos en los niños que en los adultos: dolor en el lugar de la inyección, malestar o fiebre, del mismo modo que se ha apreciado la capacidad de generar anticuerpos.
A pesar de los buenos resultados de estos ensayos, el dilema actual reside en si las agencias reguladoras darán luz verde a su administración porque el beneficio es mayor que el riesgo.
Si bien el beneficio individual es prácticamente inexistente, la vacunación es fundamental para evitar que su proceso educativo sufra más alteraciones y para alcanzar la inmunidad de grupo, porque los más de 5 millones de menores de 12 años representan el 11% de la población.
En caso de aprobar la vacunación en los menores de 5 a 11 años, su administración será igual que la de los adultos: dos pinchazos separados por 21 días, con la diferencia de que la dosis es entre tres y diez veces menor que la de los adultos.
Además, la vacuna pediátrica contra la Covid-19 se podrá solapar con otras vacunas sin problema, entre las que se centra la vacuna de la gripe, tal y como pretender hacer con la población mayor de 70 años.