Dennis Burton y Eric Topol reclaman que los gobiernos aporten un "apoyo financiero significativo para el diseño racional de vacunas basadas en anticuerpos ampliamente neutralizantes".

Estos anticuerpos aportan una potencia de amplio espectro contra los virus, una característica que abre la puerta a vacunas que podrían proporcionar inmunidad contra numerosas variantes de un virus de rápida mutación. También podrían ser utilizadas como fármacos para tratar enfermedades.

Ambos científicos señalan que el rápido desarrollo de vacunas eficaces contra la Covid-19 ha sido posible gracias a ciertas propiedades del virus del SARS-CoV-2, en concreto, la proteína de espiga en la superficie del virus. Sin embargo, advierten de que el virus que provocará la próxima pandemia podría "no ser un objetivo tan fácil, lo que podría ralentizar de forma considerable el desarrollo de una nueva vacuna".

Burton y Topol destacan que los anticuerpos neutralizantes son una vía prometedora para el desarrollo de vacunas y terapias que podrían adaptarse de una forma sencilla a los virus pandémicos y a los que evolucionan rápidamente para eludir las vacunas tradicionales.

Los virus que más preocupan de cara a pandemias futuras son los que son resistentes a la evasión, es decir, lso que por sus características son difíciles de tratar con fármacos o vacunas. Un ejemplo es el VIH, que permanece en el cuerpo durante años y se esconde del sistema inmunitario.

Estas vacunas panavirales podrían fabricarse con antelación y estar listas en un menor plazo en una próxima pandemia. Por ello, ambos autores piden que se invierta ahora en la ivnestigación básica que haga posible el almacenamiento de vacunas amplicamente eficaces.