El 55% de las mujeres que padecen cáncer de ovario fallece a los cinco años del diagnóstico debido, entre otros aspectos, a la dificultad que existe para detectarlo. El problema radica en que los síntomas suelen confundirse con otras enfermedades o problemas de salud, lo que provoca que muchas mujeres tengan que esperar hasta unos meses para recibir el diagnóstico reduciendo, así, sus posibilidades de supervivencia.
El cáncer de ovario es un un tumor heterogéneo que se divide en tres subtipos: el carcinoma epitelial, el más frecuente con el 85-90% de los casos; los tumores del estroma y los tumores de células germinales.
Suele afectar, principalmente, a mujeres entre los 40 y 60 años pero también puede afectar a mujeres jóvenes. En estos casos, el cáncer se desarrolla en las células productoras de óvulos.
Una vez detectado, el tratamiento consiste en un abordaje multidisciplinar y, dependiendo del tamaño y la extensión del tumor, se realiza cirugía y quimioterapia o viceversa.
No obstante, el doctor ha informado de que actualmente se está probando realizar la quimioterapia junto con la cirugía y se está viendo que puede ser beneficiosa.