El snus blanco es la formulación sintética de un producto fabricado con tabaco, el snus marrón, prohibido en toda la UE salvo Suecia, tal y como explica Nofumadores.org en una nota en la que denuncia que el consumo de este nuevo derivado del tabaco está aumentando entre adolescentes atraídos por el empuje de los influencers en las redes sociales. Sus efectos son "idénticos" a los del snus marrón, por eso exige al Ministerio de Sanidad que equipare ambas sustancias en la futura ley antitabaco que está preparando y que la asociación espera que también incluya otras medidas como prohibir las máquinas expendedoras y los vapeadores de un solo uso para proteger a los más jóvenes. "Tomar esta medida supondría, simplemente, impedir el acceso al mercado de un producto ya vetado por el sistema", zanja.
Cada bolsa de nicotina sintética, que se vende en estancos y también por Internet, se coloca en las encías, contiene una cantidad de nicotina equivalente a fumarse 25 cigarrillos, lo que supone un grave perjuicio, entre otros, para la salud bucal. Nofumadores.org pide no cerrar los ojos ante la estrategia publicitaria de sus fabricantes, "quienes lo retratan como una alternativa al tabaco para los que ya fuman, pues lo que de verdad buscan son nuevos clientes para sus productos adictivos entre los más jóvenes". En esta inquietud coincide Separ, que critica esta estrategia comercial de "reducción de daños" de la industria tabacalera con la que busca incrementar las ventas reteniendo a los fumadores en el consumo de tabaco y obstaculizando sus intentos de abandonar este hábito.
La sociedad científica recuerda que un reciente informe de 2023 del Instituto Federal para la Evaluación de Riesgos (BfR) de Alemania, ya advertía de que estas bolsitas, que irrumpieron en el mercado de Suecia, Estados Unidos y Reino Unido en 2019, contienen, además de nicotina, diversas sustancias como celulosa microcristalina, carbonato de sodio, otras sales carbonatadas, ácido cítrico y distintos aromas. También se detectaron nitrosaminas específicas del tabaco en más de la mitad de las muestras analizadas, compuestos que son tóxicos para la salud y potencialmente cancerígenos. En aquellos casos en que las bolsitas contienen una alta dosificación, los niveles de nicotina en sangre pueden superar incluso a los que se alcanzan al fumar cigarrillos convencionales, lo que potencia su capacidad adictiva de manera alarmante. Por todo ello, reclama a Sanidad que tome "medidas urgentes para retirar del mercado estas bolsitas de nicotina y que se prohíba su venta en cualquier establecimiento que no sea una expendeduría de tabaco" y a alertar a la población sobre los peligros asociados a estos productos.