La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Comité de Bioética, ha expresado su “preocupación y consternación” ante el incremento de casos en que familias vulnerables optan por terapias alternativas sin base científica para sus hijos. En un comunicado firmado por el Dr. José Antonio Salinas Sanz, coordinador del Comité, se rechaza de forma rotunda la difusión de estas prácticas, especialmente tras la reciente sentencia de un juzgado de Pamplona que sanciona a un padre por obstaculizar el tratamiento contra el cáncer de su hijo, quien falleció a consecuencia de la enfermedad.
Los pediatras insisten en que la medicina basada en la evidencia no es una opción secundaria ni una mera preferencia, sino un “compromiso profesional” que integra los hallazgos científicos con la experiencia clínica y las necesidades del paciente. “Reemplazar o interferir en tratamientos eficaces con intervenciones sin respaldo puede causar un daño irreparable, más aún en enfermedades graves o potencialmente letales”, advierte el comunicado. Además, recuerdan que el Código de Deontología Médicaprohíbe expresamente la promoción de terapias no validadas, considerándolas una falta grave contra la honestidad profesional y la seguridad del paciente.
La AEP subraya que su “obligación ética y profesional es velar por el interés superior del menor”. Señala que algunas recomendaciones proceden incluso de profesionales sanitarios que, abusan de la confianza de las familias, promueven prácticas sin eficacia demostrada. Este fenómeno se ve potenciado por la proliferación de información no verificada en redes sociales y la desesperación ante diagnósticos de mal pronóstico, lo que expone a las familias a riesgos adicionales.
Para contrarrestar esta tendencia, el Comité de Bioética propone varias medidas concretas:
- Diálogo empático y transparente: fomentar en consulta un ambiente donde los padres puedan expresar sus dudas y recibir explicaciones claras sobre riesgos y beneficios de los tratamientos validados, desmitificando falsas promesas sin generar confrontación ni pérdida de confianza.
- Formación continuada de profesionales: capacitar a pediatras y otros sanitarios para reconocer y abordar pseudoterapias emergentes, así como para guiar a las familias hacia información rigurosa.
- Detección temprana de vulnerabilidad: identificar señales de familias en riesgo de recurrir a terapias sin evidencia (miedo extremo, desinformación) y ofrecer apoyo psicológico o social integrado al proceso médico.
- Colaboración multidisciplinar: involucrar a equipos de psicología, trabajo social y ética hospitalaria cuando se detecten conflictos sobre la elección de tratamiento, asegurando que las decisiones consideren tanto el aspecto emocional como el científico.
- Alertas institucionales: instar a colegios profesionales y autoridades sanitarias a vigilar y sancionar la promoción de tratamientos sin aval, regulando la publicidad y oferta de estas intervenciones.
Asimismo, la AEP reclama a las autoridades competentes que impulsen campañas de alfabetización sanitaria dirigidas a la población general, con materiales accesibles que ayuden a distinguir información fiable de pseudociencia. También sugiere reforzar la regulación de la difusión de terapias no demostradas en medios y redes sociales, colaborando con plataformas para frenar la propagación de contenidos engañosos.
El caso de Pamplona, en el que el sistema judicial intervino para proteger el derecho del menor a recibir tratamiento eficaz, sirve como alerta sobre las graves consecuencias de priorizar opciones sin evidencia. La AEP recuerda que, aunque es fundamental atender las creencias y preocupaciones de las familias con compasión, la seguridad y el bienestar del niño deben guiar siempre la práctica clínica.
En conclusión, la AEP defiende una práctica pediátrica rigurosa y compasiva, basada en la mejor evidencia disponible y en el respeto a las familias, que garantice la protección del menor frente a terapias no avaladas. Solo así se podrá evitar daño innecesario y asegurar que los tratamientos infantiles respondan a criterios de eficacia y seguridad.