En el informe “Comprometidos con la investigación en cáncer. Situación actual de la investigación e innovación en cáncer en España”, realizado por ambas entidades, ya se puso de manifiesto la necesidad de que España tuviera una Plan Nacional de Investigación en Cáncer que contemplara, entre otras medidas, duplicar los fondos de los último 10 años destinados a investigar el cáncer; potenciar el talento investigador; ajustar la investigación que se hace en España a la realidad epidemiológica del país; impulsar la innovación en cáncer; potenciar los ensayos clínicos no comerciales.

Tras la reunión, el Secretario General ha informado a ambos presidentes que en la nueva Estrategia I+D+I que será aprobada en Consejo de Ministros existen varias líneas estratégicas dedicadas a la investigación en cáncer, englobadas dentro del sector estratégico nacional en Salud.

Para ambas entidades, España sufre una disminución continuada de los recursos públicos dirigidos a la investigación, lo que compromete seriamente la competitividad de los grupos de investigación más punteros y la viabilidad de los equipos liderados por los científicos más jóvenes de nuestro país. Por ello, esperan que, con esta decisión, esta situación se vea corregida.

Durante la reunión, los presidentes de la AECC y de ASEICA han comentado que la crisis sanitaria del coronavirus no ha hecho sino empeorar la situación de fragilidad social y sanitaria de los pacientes oncológicos y sus familias como colectivo doblemente vulnerable, por el cáncer y por la Covid-19.

Por ello, la AECC y ASEICA se han mostrado preocupadas por el impacto presente y futuro del cáncer si no hay un apoyo real a la investigación de nuestro país para hacer frente a esta enfermedad, ya que cada año, cerca de 280.000 personas son diagnosticadas de cáncer en España y más de 112.000 fallecen, una media de más de 300 personas cada día.

Durante la reunión se han comentado las principales medidas que debe contemplar este capítulo como aquellas relacionadas con la financiación para acercarlas al menos a la media de lo que los países del entorno europeo destinan a investigar el cáncer.