El reciente Libro Blanco de la Salud Visual en España 2025, impulsado por el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, alerta de que el 80 % de la población presenta errores refractivos, pero solo el 61 % de quienes los padece utiliza gafas o lentes de contacto para corregirlos. Esta brecha se relaciona con una “insuficiente” cartera de servicios comunes en salud visual y con el elevado coste de atención, al no estar incluida en el Sistema Nacional de Salud (SNS), lo que prolonga el tiempo medio de espera en consultas externas de Oftalmología hasta 74 días.

Alta prevalencia y acceso limitado a revisiones

Según los datos del Libro Blanco, hasta el 30 % de la población no revisa su visión de forma habitual. Esta carencia deriva en que el 88 % de las revisiones oculares se realicen en elámbito privado, y se calcula que más de 721.000 menores españoles sufren problemas de visión sin corrección adecuada debido a dificultades económicas de sus familias. Este déficit afecta no solo a la agudeza visual, sino al bienestar mental, al rendimiento escolar y laboral, a la movilidad y genera costes sociales y sanitarios significativos.

Los problemas visuales son más frecuentes en niños, mujeres, personas mayores y colectivos vulnerables, y se reparten de forma relativamente homogénea entre las comunidades autónomas, si bien Aragón, País Vasco y Canarias registran mayores tasas, y Extremadura la más baja. Entre las condiciones más comunes figuran el aumento de la miopía infantil, la elevada incidencia de presbicia en adultos mayores y el astigmatismo.

Planes específicos para infancia y mayores

Para abordar esta situación, el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas ha propuesto al Ministerio de Sanidad dos programas:

  • PASVI (Plan de Atención de la Salud Visual Infantil): revisiones periódicas para 6,5 millones de menores y suministro de gafas o lentes de contacto a 1,25 millones, con un coste estimado de 325 millones de euros anuales.
  • PASVAM (Plan de Atención de la Salud Visual en Adultos Mayores): cobertura para 7,7 millones de mayores de 65 años, con provisión de corrección visual a 6,1 millones, con un presupuesto aproximado de 1.840 millones de euros anuales.

Estos planes buscan reducir la carga de problemas no corregidos en etapas críticas de desarrollo y envejecimiento, mejorando la calidad de vida y evitando complicaciones asociadas a la pérdida de visión no tratada.

Rol del óptico-optometrista en Atención Primaria

Ángel Salmador Martín, asesor de la Sociedad Española de Optometría, destaca la necesidad de incorporar la figura del óptico-optometrista en Atención Primaria del SNS para intervenir a nivel comunitario. Entre sus funciones:

  • Detección precoz de patologías visuales.
  • Educación en salud visual y consejería (hábitos, nutrición, ergonomía).
  • Control de enfermedades crónicas con repercusión ocular (diabetes, hipertensión).
  • Atención a grupos de riesgo o en situación de exclusión social.
  • Coordinación con recursos socio-sanitarios y derivación oportuna a Oftalmología.

El presidente del Consejo General, Juan Carlos Martínez Moral, subraya que el Libro Blanco pretende apoyar la toma de decisiones políticas y espera que la próxima reforma de Atención Primaria incluya al óptico-optometrista como profesional de referencia en salud visual.

Impacto en profesionales: estrés y condiciones laborales

Durante la presentación del texto, también se han mostrado los datos de una encuesta que incluye también los resultados de una encuesta sobre satisfacción y estrés laboral entre ópticos-optometristas (2.261 participantes). El 68,4 % reconoce sufrir agotamiento emocional vinculado a la “despersonalización” en la atención, y se detectan niveles medios de estrés, más elevados en mujeres y en trece comunidades autónomas sin que ninguna presente niveles bajos. Aunque mantienen altos niveles de satisfacción personal por la relación con compañeros y superiores, solo el 52 % se siente satisfecho con su trabajo, y un 71 % no confía en mejoras económicas en sus centros. Además, el 49 % ve pocas oportunidades de promoción.

Los autores de la encuesta, Cristina Álvarez Peregrina y Miguel Ángel Sánchez Tena (Facultad de Óptica y Optometría, UCM), recomiendan intervenciones específicas para optometristas jóvenes y mujeres, mejorar las condiciones laborales y ofrecer formación en gestión del estrés para preservar el bienestar profesional y la calidad asistencial.

El Libro Blanco de la Salud Visual en España 2025, insta a las autoridades a considerar la salud visual como parte integral de la atención primaria y a destinar recursos para reducir la brecha de corrección óptica en la población, con el objetivo de mejorar la calidad de vida y disminuir los costes asociados a problemas no tratados.