Estudios previos apuntaban a que algunos tratamientos antitumorales, como las antraciclinas, podían acabar debilitando el músculo del corazón, así como la radioterapia ya que esta puede alterar el ritmo cardiaco y causar daños estructurales en las arterias y las válvulas del corazón.    

Así, con este nuevo trabajo se refuerzan todas estas evidencias y aconseja que muchos supervivientes a un tumor infantil puedes tener, en un futuro, algunos problemas cardivasculares graves cuando, además, este tipo de dolencias son más difíciles de detectar. 

"Seguir hábitos de vida saludables para el corazón es importante para todos los pacientes, pero debe ser más importante para quienes superan un cáncer infantil porque su riesgo de sufrir una enfermedad cardiaca de forma precoz es mayor", ha explicado Daniel Mulrooney, autor de la investigación.

Para llegar a estas evidencias, el autor de la investigación y su equipo analizaron los datos de 1.853 adultos que habían sobrevivido a un cáncer, durante su infancia, que estaban en tratamiento para alguna enfermedad cardiovascular después de haberse sometido a una revisión cardiaca. 

La mitad de los participantes tenían menos de ocho años cuando se les diagnosticó el tumor y, en el momento de su evaluación cardiaca, la mitad tenían más de 31 años. Más del 82% de los participantes había recibido antraciclinas durante su tratamiento contra el cáncer y más del 20% acumuló una dosis elevada de esta quimioterapia que se asocia a un mayor daño del corazón.