La capacidad de la BRCA1 para reparar el ADN tras una división celular es clave para evitar algunos procesos cancerosos y puede jugar asimismo un papel esencial para el buen funcionamiento del cerebro.

La BRCA1 ayuda a reparar un tipo de daño en el ADN conocido como rotura de doble cadena, un deterioro celular que en el caso de las neuronas puede ocurrir incluso sin que se produzca una división.

"Nos sorprendió descubrir que también está implicada en el funcionamiento de las neuronas, células que no se dividen, y en un desorden neurodegenrativo que se caracteriza por la pérdida de esas células cerebrales", describió Elsa Suberbielle, investigadora del Instituto Gladstone (EE.UU.) y principal autora del estudio.

El aumento de la actividad cerebral, entre otros factores, puede fomentar esos daños, según han demostrado estudios anteriores.

Los expertos explican que la carencia de esa proteína desciende la capacidad de las neuronas y obstruye funciones cerebrales.

Para probar esa idea, el grupo de Suberbielle redujo los niveles de BRA1 en el cerebro de ratones, lo provocó daños en el ADN, un descenso de las neuronas y causó además problemas de aprendizaje y memorización.

Los científicos analizaron además los niveles de esa proteína en exámenes forenses de pacientes que padecieron Alzheimer, cuyos cerebros presentaban una concentración de esa proteína entre un 65% y un 75% por debajo del grupo de control.

El resultado de este estudio fue una disminución de la BRA1, un resultado que apoya la conjetura de los investigadores de que la ausencia de esa proteína está ligada a la enfermedad.