Científicos del Instituto del Investigación Biomédica del Hospital Sant Pau (IIB), la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Edimburgo han caracterizado el proteoma sináptico, es decir, las conexiones neuronales, en el pez cebra. Esto supone un gran paso y es clave para estudiar y tratar enfermedades del neurodesarrollo y trastornos psiquiátricos.

La investigación, publicada en la revista 'Nature Communications' es una gran herramienta para estudiar ciertas enfermedades como el autismo, la esquizofrenia o la discapacidad intelectual, al mostrar como la evolución ha favorecido el incremento de la complejidad del proteoma sináptico y ha contribuido a la diversidad de las capacidades intelectuales de los vertebrados.

La sinapsis del cerebro consiste en el punto de comunicación y de transmisión de impulsos nerviosos entre neuronas y determinan la organización de los circuitos neuronales, que son esenciales en la función global del sistema nervioso central.

Estudios anteriores habían identificado mutaciones en los genes que se expresan en las sinapsis implicadas especialmente en este tipo de enfermedades y han establecido la sinapsis como una estructura crítica en muchas enfermedades del cerebro, lo que ha dado lugar al concepto de sinaptropatías

Para muchos de estos estudios se ha utilizado el pez cebra (Danio rerio), puesto que es un modelo animal que presenta gran homología con el cerebro humano. Esta especie también se utiliza en el desarrollo de nuevos fármacos para tratar los desórdenes del cerebro, para los que, en su mayor parte, no hay terapias. 

Por ello, los investigadores de este nuevo hallazgo, dirigidos por Àlex Bayés, investigador del Laboratorio de Fisiología Molecular de la Sinapsis del IIB Sant Pau, han hecho el primer estudio del proteoma sináptico del pez cebra, lo que ha permitido, a su vez, estudiar la evolución comparada con mamíferos. 

El análisis muestra cómo la evolución de los vertebrados ha favorecido el incremento en la complejidad del proteoma sináptico, lo que han catalogado de "inesperado y muy interesante".

"Disponer de más proteínas sinápticas habría permitido aumentar el número de procesos moleculares que se producen así como la diversidad de tipos sinápticos. Ya que la sinapsis es la unidad cognitiva básica del cerebro, la expansión de sus componentes podría haber contribuido a la diversidad de comportamientos y capacidades intelectuales de los vertebrados", ha concluido Bayés.