El estudio explica entre los componentes fundamentales de nuestro ADN se encuentran las bases nitrogenadas (adenina, guanina, citosina y timina), que se disponen de forma secuencial y codifican nuestra información genética.

El resto, los que no son reparados, pueden conducir a la aparición de mutaciones genéticas, responsables a veces de ciertas enfermedades. Así, con esta nueva técnica se permite identificar y detectar la posición de estas lesiones.

Este innovador método combina técnicas ya existentes y para probarlo, los científicos emplearon un gen denominado KRAS que, como consecuencia de las mutaciones genéticas, puede causar cáncer de mama y de pulmón.

Para ello, los científicos encontraron el lugar del daño y lo cortaron, imitando el proceso que se realiza de forma natural en las células y por cuyo descubrimiento Tomas Lindahl, científico inglés, recibió el último Premio Nobel de Química.