Un compuesto químico del hígado de un tiburón podría ser fundamental para acabar con el Párkinson, una enfermedad neurodegenrativa que afecta a una de cada 1.000 personas en el mundo.

Se trata de una importante investigación en la que ha participado Nunilo Cremades, investigadora Ramón y Cajal del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza, junto a investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

Los investigadores han llegado a la conclusión que este compuesto, descubierto en el hígado de tiburón, inhibe los procesos iniciales que llevan a la proteína involucrada en el párkinson a agregar y a la vez reduce la toxicidad de los agregados dañinos una vez formados.

Recientemente se ha observado que pacientes con la enfermedad de Párkinson, a los que se les estaba suministrando escualamina para el tratamiento de otras enfermedades que padecían, mejoraban clínicamente de forma rápida al ser tratados con este compuesto químico.

La enfermedad de Párkinson, así como otros desordenes neurodegenerativos como el Alzhéimer, se caracteriza por la presencia anormal de depósitos de proteínas agregadas en forma de fibras amiloides que se depositan y acumulan en diferentes órganos o tejidos, dañando a las neuronas encargadas de fabricar dopamina.

Estos agregados de proteínas sin tóxicos y desencadenan una cascada de procesos patológicos y neurodegenerativos, aunque todavía se desconocen los mecanismos de toxicidad.