"Hemos determinado la primera estructura de una deoxirribozima, y por primera vez vemos que el ADN es capaz de adoptar formas tan complejas como lo hacen las enzimas proteicas o las denominadas ribozimas, un ARN con actividad catalítica", ha explicado Ponce-Salvatierra, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'Nature', recogida por la plataforma Sinc.

Así, los investigadores han roto el paradigma de la supuesta rigidez del ADN (una especie de símbolo relacionado popularmente con la doble hélice de Watson y Crick), al demostrar que esta molécula también puede adoptar complicadas estructuras tridimensionales y ser mucho más flexible de lo que se creía hasta ahora.

Las deoxirribozimas son hebras sencillas de ADN que se sintetizan en el laboratorio para aprovechar su actividad catalítica. En concreto, los investigadores han logrado visualizar la estructura de una deoxirribozima denominada 9DB1, cuya hebra sintética de ADN cataliza la unión de otras dos hebras de ARN.

"Las aplicaciones de las deoxirribozimas son muchas, desde catalizar la unión de dos fragmentos de ADN o ARN, hasta reparar alguno de sus componentes, como la timina. Los ensayos clínicos para su uso en medicina ya están en marcha", ha concluido la investigadora.