Un grupo de investigadores de EEUU y China han descubierto, gracias a una investigación llevada a cabo en ratones, que dejar de comer puede tener beneficios en la lucha contra un tipo de leucemia infantil: la leucemia linfoide aguda ya que el ayuno afecta a las vías hormonales que promueven el cremiento del cáncer y, al mismo tiempo, activa el sistema inmunitario contra el tumor protegiendo a las células sanas de los efectos tóxicos de la quimioterapia.

Los científicos de esta investigación,  publicada en 'Nature Medicine, han llegado a la conclusión de que en este tipo de leucemias se bloquea la acción de la llamada hormona de la saciedad, la leptina. 

Los resultados de esta investigación explican que el ayuno inhibe la iniciación e invierte la progresión de dos subtipos de leucemia linfoblástica aguda.

Los investigadores crearon varios modelos de ratones de leucemia aguda y probaron varios planes de restricción dietética. Utilizaron proteínas fluorescentes para marcar las células cancerosas y así poder rastrearlas y determinar si sus niveles aumentaban o disminuían en respuesta al tratamiento en ayunas.

Así, pudieron comprobar que con un régimen de seis ciclos de un día de ayuno seguido de un día de alimentación inhibió completamente el desarrollo del cáncer. Al final de todo el proceso, los ratones en ayunas, prácticamente, no tenían ningún rastro de células cancerosas.

Los ratones que habían permanecido en ayuno tuvieron reducciones dramáticas en el porcentaje de células cancerosas en la médula ósea y el bazo, así como un número reducido de glóbulos blancos, según los expertos.

En cambio, lo roedores que comieron, normalmente, murieron dentro de los 59 días, mientras que el 75% de los ratones en ayunas sobrevivieron más de 120 días sin signos de leucemia.

Los investigadores esperan que avance pronto a ensayos clínicos con humanos.