El consumo de tabaco en España sigue siendo la primera causa de muerte evitable y provoca 60.000 fallecimientos al año.   

El director del Programa de Investigación de Tabaquismo de SEPAR, Carlos Jiménez, ha reconocido que el tabaquismo "agrava las desigualdades sanitarias y la pobreza", como demuestra que las tasas más altas de consumo se centran en las poblaciones más económicamente deprimidas, que "además es el grupo social que dedica menos recursos a necesidades básicas como la alimentación, la educación y la atención sanitaria". 

Los Programas de Control del Tabaquismo, que están incluidos en la Agenda para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, son una de las formas más eficaces conseguir el objetivo de reducir en un tercio en 2030 la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles en todo el mundo, incluidas las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la EPOC.

"La clave para terminar con la epidemia del tabaco es combinar la ayuda médica a los fumadores para que dejen de serlo con unas políticas públicas más estrictas", según Jiménez, que recuerda que si los fumadores dejan de fumar "no solo mejorarán su salud, sino también la de las personas no fumadoras expuestas al aire ambiental contaminado por humo de tabaco". 

Además del apoyo a los programas de deshabituación tabáquica, las directrices de Naciones Unidas a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se centran en las advertencias textuales y gráficas impactantes; la prohibición de la publicidad, la promoción y el patrocinio del tabaco; y establecer impuestos más altos al producto.

Cada año mueren en España 18.000 personas por causa de la EPOC, una enfermedad que la convierte en la primera causa de muerte por enfermedad, no cancerosa, evitable en nuestro país. Un diagnóstico precoz permite iniciar el tratamiento para frenar su evolución.