El informe es el resultado de 5.000 encuestas a personas de diferentes sectores en las 17 comunidades autónomas, Ceuta y Melilla con el objetivo de conocer el “estado de la cardioprotección en España” y, en su caso, impulsar diferentes medidas, desde la formación y la sensibilización social a las legislativas, para reducir las tasas de mortalidad que se registran en España en caso de accidentes cardiacos.

El  44% de los encuestados asocia la cardioprotección a la disponibilidad de un desfibrilador, el 23% a un entorno y alimentación saludables, el 11% a que haya personas que sepan realizar la RCP o manejar un desfibrilador y el 6% a que se cuente con un servicio médico.

El 62% de los establecimientos comerciales encuestados respondió que no disponía de desfibrilador instalado y apenas el 10% de ellos dijo que tiene previsto instalarlo a corto plazo. Además, dos de cada tres establecimientos dijeron que su personal no ha recibido formación en RCP, a pesar de que cada año se producen más de 30.000 paradas cardíacas en España fuera del ámbito hospitalario.

Para el 85% de los encuestados es importante o imprescindible que haya cardioprotección en espacios con altas afluencias de público, aunque solo se han producido accidentes cardiovasculares en un 8% de los establecimientos. Esta aparente preocupación choca con el escaso número de establecimientos, menos del 20%, que cuentan con desfibrilador o con voluntad de instalarlo.

La campaña de laSexta, Constantes y Vitales, está recogiendo firmas para solicitar a las comunidades autónomas que regulen la instalación de desfibriladores en espacios públicos.

La realización de un masaje cardiaco y el uso del desfibrilador en los cinco minutos posteriores a la parada cardíaca aumenta hasta un 90% las posibilidades de supervivencia.