El escanciado de sidra, una tradición profundamente arraigada en Asturias, va más allá del simple acto de servir una bebida. Forma parte del evento de tomar sidra y, de hecho, esta bebida icónica no sabe igual si no se escancia.

Es decir, aunque escanciar la sidra pueda parecer un simple espectáculo visual, detrás de él se esconden fundamentos cruciales para realzar la calidad de la bebida. Hay que añadir que la sidra asturiana, además, está de celebración: el Tribunal Supremo ha sentenciado que la mítica botella verde sólo se puede comercializar en Asturias, poniendo fin a un conflicto abierto con Cantabria en 2016.

¿Por qué escanciar la sidra?

La sidra es una bebida alcohólica tradicional hecha a partir de la fermentación del jugo de manzana. Escanciarla busca recrear el efecto original al salir directamente del tonel. Este ritual tiene el propósito de agitar y oxigenar la sidra, permitiendo que su gas carbónico natural se active y, de esta forma, liberar su aroma.

Al verter la sidra desde una altura considerable y hacer que impacte con el vaso, se generan burbujas de anhídrido carbónico que liberan el aroma. Este proceso de oxigenación no solo mejora el aroma, sino que también realza el sabor.

Las 3 claves del escanciado de sidra perfecto

La sidra asturiana es un tesoro cultural altamente valorado en la región, y el arte del escanciado es una parte fundamental. El proceso de escanciado tiene varios aspectos a tener en cuenta para garantizar un derrame perfecto:

1. La postura: la persona que escancia la sidra debe estar recta, pero relajada, manteniendo una ligera separación entre los pies.

2. Brazo y botella: el brazo que sujeta la botella debe extenderse completamente por encima de la cabeza, sosteniendo la botella ligeramente hacia adelante. Y un detalle más: la etiqueta de la botella siempre debe estar orientada hacia quien escancia.

3. El vaso: no vale sujetarlo de cualquier manera, sino que hay que hacerlo usando el pulgar en la parte superior y el índice en la parte inferior, orientando la boca del vaso hacia el frente.

Cómo escanciar la sidra, paso a paso

Como ya habrás imaginado, escanciar no es sencillo a menos que practiques mucho, pero hay un truco para tomar la sidra como escanciada, es decir, aireada. Puedes crear tu propio corcho escanciador.

Solo vas a necesitas un corcho de vino y una varilla de acero inoxidable de aproximadamente 20 cm. de largo y 5 mm. de diámetro. Sigue este paso a paso:

1. Toma un corcho de vino limpio y seco.

2. Con un cuchillo o un taladro, haz un agujero en el centro del corcho.

3. Inserta un tubo delgado (como una pajilla) en el agujero, asegurándote de que quede ajustado.

4. Vierte la sidra en la botella con el corcho escanciador puesto y sirve inclinando la botella para que la sidra pase por el tubo.

Ya sabes, la próxima vez que te ofrezcan sidra, recuerda: si no se escancia, ¡no es la auténtica experiencia asturiana!

Qué es un culín (de sidra)

En el contexto de la sidra, es habitual escuchar el término culín. Tanto, que incluso en tiempos de Chanel en Eurovisión, Valeria Ros (Zapeando) compuso su propio SloMo versión asturianapara animar a beber sidra.

Y no se confunda con otras peores,

la sidra de Asturias gusta a los de casa y a los foriatones.

Sólo existe una, no hay imitaciones...

con etiquetina la sidra que bebo yo.

¡Esi culín escáncialo-lo-lo-lo...!

Un culín se refiere a la cantidad específica de sidra vertida en el vaso que es ideal para degustarla disfrutando del escanciado. Esto es aproximadamente 50 ml.

La idea detrás de esta medida es asegurar que la sidra se disfrute rápidamente, conservando así su gas carbónico natural y el aroma que la caracteriza.

Los culines de sidra se beben de un solo trago. Lo poco que queda en el fondo, se usa para limpiar la parte donde se han puesto los labios porque lo tradicional es compartir el vaso.