En los últimos años, hemos asistido a un importante aumento de los expedientes de regulación de empleo, más conocidos por sus siglas: ERE. Según la definición del Ministerio de Trabajo, un ERE es "un procedimiento administrativo-laboral de carácter especial dirigido a obtener de la autoridad laboral competente autorización para suspender o extinguir las relaciones laborales cuando concurran determinadas causas y garantizando los derechos de los trabajadores".

De manera sencilla, un ERE es el medio por el que la empresa busca el permiso de la autoridad competente para despedir a muchos trabajadores. Este procedimiento también se puede utilizar para dejar en suspenso su trabajo, reducir la jornada laboral o extinguir el contrato.

Por otro lado, están los ERTE o expedientes de regulación temporal de empleo, que son la versión temporal y no definitiva de los ERE. De hecho, el Ministerio de Trabajo aclara que los ERE de suspensión de jornada y de suspensión de contratos de trabajo pueden ser considerados ERTE. Durante la pandemia del Covid-19, el Gobierno aprobó una serie de medidas para incentivar los ERTE en las empresas que se veían obligadas a prescindir de sus trabajadores durante un tiempo determinado, con el fin de evitar despidos masivos.

Los ERE son una especie de medida de protección para las empresas. Al tratarse de un tipo de despido, colectivo en este caso, los trabajadores reciben una indemnización al finalizar su vinculación con la empresa, que se negocia previamente, por lo que suele ser mayor que las indemnizaciones habituales por despido.

Cuántos tipos de ERE hay

Existen varios tipos de ERE, en función de la medida concreta que la empresa quiera adoptar; según el Ministerio de Hacienda, son los siguientes:

  • ERE de extinción: supone el cese definitivo de la relación laboral (conocido como despido colectivo).
  • ERE de suspensión: suspensión temporal la relación laboral con todos o parte de los trabajadores.
  • ERE de red, para solicitar un ERE las empresas deben alegar una determinada causa, de todas las recogidas en el Estatuto de los Trabajadores.

Causas para pedir un ERE

Todas las empresas y autónomos con trabajadores a su cargo tienen derecho a solicitar un ERE si cumplen con las condiciones necesarias. Para pedir un ERE se tienen que dar alguna de estas causas:

  • Económicas: cuando se registran pérdidas reales o previstas o se da una disminución continua (tres trimestres consecutivos) del nivel de ingresos, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
  • Técnicas: cambios importantes en los medios de producción. Por ejemplo, en el caso de introducir nuevas máquinas que hacen necesarios menos trabajadores.
  • Organizativas: transformaciones en los métodos de trabajo.
  • Productivas: debido a un cambio en la demanda de productos o servicios que la empresa comercializa.
  • Causas de fuerza mayor: como desastres naturales o crisis sanitarias

Excepto los ERE basados en causas de fuerza mayor, el resto suelen agruparse en lo que se conoce como ERE por causas ETOP (económicas, técnicas, organizativas o de la producción).