El dinero en efectivo se usa cada vez menos. No hace falta aportar estadísticas, aunque las hay. Quizás tú eres una de esas personas que hace semanas o incluso meses que no pasan por un cajero automático. La retirada de efectivo de los cajeros descendió en marzo de 2020 en España un 68%, según el banco N26. Y es que la pandemia supuso el despegue definitivo de los pagos con tarjeta. En abril de 2020 su uso se incrementó un 42,9 % en los supermercados respecto del mismo mes de 2019, según datos de CaixaBank.

El auge del dinero digital también se trasladó a internet. En la encuesta anual del INE sobre el uso de la tecnología en 2020, se mostraba un aumento de 7,2 puntos en el porcentaje de individuos entre 16 y 74 años que habían realizado alguna operación bancaria a través de internet, hasta llegar al 62,1%.

Pero no todas las tarjetas bancarias son iguales. ¿Sabes diferenciar entre una tarjeta de crédito y una de débito? A la hora de sacar dinero en un cajero: ¿cuál te conviene más?

La clave que diferencia una tarjeta de débito de una de crédito es la forma de pago. Es decir, cuándo y cómo se hace efectivo el pago de las cosas que compramos con ella.

Qué es una tarjeta de débito

Las tarjetas de débito permiten realizar pagos en comercios físicos u online y retirar dinero en cajeros automáticos. El importe se carga de manera instantánea en la cuenta asociada a la tarjeta, ya sea una libreta de ahorros, una cuenta corriente o incluso una póliza de crédito. Es imprescindible que la cuenta tenga saldo (o crédito en el caso de la póliza) para que el pago sea aceptado.

A la hora de sacar dinero en un cajero con la tarjeta de débito no tendrás que pagar ninguna comisión si lo haces en tu entidad bancaria o en otros bancos con los que tenga acuerdos. Eso sí, solo podrás sacar el dinero que tengas, a menos que tu banco tenga algún tipo de anticipo, lo cual puede suceder cuando se tiene la nómina domiciliada.

Dentro de esta modalidad, también están las llamadas tarjetas virtuales, que fueron creadas específicamente para realizar pagos de forma rápida y segura por internet. Estas tarjetas de débito virtuales no tienen un soporte físico, se cargan con una cantidad de dinero, del que se van descontando los gastos. Al igual que las de plástico, las tarjetas virtuales cuentan con un número identificador, una clave o PIN, una fecha de caducidad, y un código de seguridad, llamado CVV o CVC, que solo pueden consultarse a través de la web o aplicación bancaria.

Qué es una tarjeta de crédito

Una tarjeta de crédito permite realizar pagos, aunque no se disponga de fondos en la cuenta, ya que el banco proporciona una determinada cantidad de crédito al titular de la tarjeta. Este crédito puede utilizarse para hacer compras o retirar dinero en efectivo, hasta el límite de crédito fijado por el banco. Es decir, con una tarjeta de crédito accedes esencialmente a un préstamo que debe devolverse con intereses, ya que puedes operar independientemente de si tienes efectivo en la cuenta asociada a dicha tarjeta, que es a la que se enviará el gasto.

El tipo de interés y otras comisiones asociadas a la tarjeta de crédito se describen en las condiciones de la tarjeta. Antes de conceder una tarjeta de crédito, el banco estudia la viabilidad del solicitante, asegurándose de que es solvente. Además, establece un límite a la cantidad de dinero del que puede disponer.

Existen varias formas de devolver lo gastado con una tarjeta de crédito:

  • Pago total: se abona el importe adeudado durante un periodo de tiempo, que suele ser de un mes, en una fecha concreta (normalmente los primeros diez días del mes siguiente). La principal ventaja de esta fórmula es que el dinero se devuelve sin intereses.
  • Pago aplazado (revolving): esta modalidad supone aplazar el importe de la compra cada mes. Cada cuota se compone de una parte de capital a devolver y otra de intereses. Estos pagos revolving admiten dos formas de establecer la cuota mensual: un importe fijo o un porcentaje de la deuda financiada. Si se escoge un plazo reducido, el tiempo durante el cual se generarán intereses será menor y, en consecuencia, la operación será más barata. Hay que leer bien las condiciones de cada tarjeta porque se han dado casos de abusos. Varias sentencias del Tribunal Supremo consideran que un interés de más del 26% de una tarjeta revolving se considera abusivo, incluso en otras sentencias se establece que más del 20 % se puede considerar como tal.

Por otro lado, debes tener en cuenta que, si retiras efectivo con la tarjeta de crédito, es posible que el banco te cobre intereses por adelantarte ese dinero. La retirada de efectivo con tarjeta de crédito es contra el límite de crédito que te ha concedido el banco y no contra tu cuenta corriente. No obstante, cuando sacas dinero desde un cajero del banco emisor de la tarjeta de crédito, la mayoría de las tarjetas permiten elegir entre retirar efectivo a débito (sin pagar comisiones) o a crédito.

Crea un buen historial crediticio

Una tarjeta de crédito puede ser una herramienta útil para crear un historial crediticio. Por ello debe utilizarse de forma responsable para evitar acumular deudas.

El historial crediticio es un expediente detallado no solo con las deudas que este tiene en la actualidad, sino también con los posibles impagos que pueda haber tenido en el pasado (la cuota de un crédito, un recibo, etc.).

Esta información ayuda a las entidades financieras a conocer cómo ha gestionado sus finanzas en el tiempo, con el fin de evaluar si es fiable o no a la hora de concederle un préstamo bancario.

La forma más fácil de acceder al historial crediticio es a través del CIRBE (o Central de Información de Riesgos del Banco de España). Cualquier persona puede acceder a él:

1.A través de la web del Banco de España. (Se necesita certificado digital).

2.Enviando la solicitud del historial crediticio por correo postal.

3.Acudiendo presencialmente a la sede central del Banco de España (o a cualquiera de sus sucursales).