El fenómeno que comunmente conocemos como lluvia de estrellas (lluvia de meteoros) se produce cuando la Tierra atraviesa la estela de restos que deja un cometa o asteroide. Los meteoros son trozos de roca y hielo expulsados por los cometas cuando se mueven en sus órbitas alrededor del sol. Pero, ¿qué es un cometa? Los cometas son objetos de polvo, hielo y roca que se calientan a medida que el movimiento les acerca al Sol. Este calentamiento provoca que vayan dejando a su paso cierta cantidad de material, que queda distribuido a lo largo de su órbita.

Por qué se producen las lluvias de estrellas

Cuando las partículas de polvo, hielo y roca coinciden e intersectan las órbitas de nuestro planeta, colisionan en grandes cantidades con nuestra atmósfera, dando lugar a una gran cantidad de estrellas fugaces o, como decíamos, una lluvia de estrellas. Los meteoros (o "estrellas fugaces") son un fenómeno muy común. Durante una noche despejada y oscura se pueden detectar sin ayuda de instrumentos hasta diez estrellas fugaces por hora. Los meteoros alcanzan la atmósfera superior a unos 15 km/s.

Lluvias de estrellas en 2023

Hay diez lluvias de estrellas cada año, en las mismas fechas a diferencia de uno o dos días. El Instituto Geográfico Nacional elabora cada año una lista con todas las lluvias de estrellas visibles y las fechas en las que debemos mirar al cielo:

  • Cuadrántidas. Pudieron verse entre el 28 de diciembre y el 12 de enero. Su origen es incierto y los astrónomos estipulan que son visibles siempre en el hemisferio norte. Debido a la época invernal y a las condiciones meteorológicas son más difíciles de ver.
  • Líridas. Este fenómeno sucedió del 16 al 25 de abril. Los fragmentos que se apreciaron en esas fechas desde la Tierra corresponden al cometa C/1861 G1 Thatcher.
  • Eta Acuáridas. Se produjeron desde el 19 de abril hasta el 28 de mayo. Son partes de roca espacial que se desprenden del cometa 1/P Halley.
  • Delta Acuáridas. Se alargan desde el 12 de julio hasta el 23 de agosto. Esta lluvia de estrellas, de las más largas, suele tener su punto álgido en torno al 30 de julio. Los astrónomos estiman que estas rocas provienen del cometa 96P Machholz.
  • Perseidas. Se producen entre el 17 de julio y el 24 de agosto, pero su punto álgido se produce en torno al 10 de agosto, por lo que son conocidas como 'Lágrimas de San Lorenzo'. Son, sin duda, las lluvias de estrellas más famosas y esperadas en España. Este año su máximo se producirá el domingo 13 de agosto. Un momento perfecto para ver esta lluvia de meteoros, ya que la luna estará en un fino estado decreciente y no deslumbrará con su brillo.
  • Dracónidas. Son visibles entre el día 6 y el 10 de octubre. Provienen del cometa 21/P Giacobini-Zinner.
  • Oriónidas. Estas estrellas fugaces se pueden apreciar desde el 2 de octubre hasta el 7 de noviembre, durando poco más de un mes. El IGN estima que el mejor día para ver las Oriónidas será el 22 de octubre. Los astrónomos fijan el cometa 1/P Halley como su origen.
  • Leónidas. Se extienden del 6 al 30 de noviembre y el mejor día para observarlas es el 18 de noviembre. Estas rocas espaciales vienen del cometa 55/P Tempel-Turttle.
  • Gemínidas. Pueden observarse en el cielo entre el 4 y el 17 de diciembre, aunque el mejor día para observarlas será el 14 de diciembre. Son las únicas que provienen de un asteroide, el Faetón.
  • Úrsidas: la última lluvia de estrellas del año se produce entre el 17 y el 26 de diciembre, aunque los mejores días para verla es el 23. Estas rocas espaciales se descomponen del cometa 8P/Turttle.

Cómo ver bien una lluvia de estrellas

Lo más importante para ver de forma óptima una lluvia de estrellas es situarse en un lugar sin contaminación lumínica. Es altamente recomendable observar los meteoros desde un lugar 'a cielo abierto', sin obstáculos para la vista. El IGN, además, recomienta "no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión".

Y, ¿hacía dónde se debe mirar? Depende de la lluvia de estrellas que quieras observar, pero, en general, siempre se debe dirigir la mirada hacia la zona más oscura del cielo y en dirección opuesta a la Luna.