Cada mes del año tiene unas frutas y verduras que están en el mejor momento para ser consumidas. Son las frutas y verduras de temporada, las que se han cosechada para estar disponibles en la época del año en la que nos encontramos, respetando el ciclo natural de la planta. Consumir productos de temporada permite ahorrar en la cesta de la compra.

Comer naranjas en agosto sale bastante más caro que hacerlo en enero, y lo mismo sucede si se quiere comer sandía en febrero. Cada cosa tiene su momento. Aunque la ciencia permite que hoy en día podamos tener casi de todo en cualquier momento del año, lo más sostenible y económico es comer productos de temporada y de proximidad. El problema de comer productos fuera de su temporada es que, además de gastar más dinero, estamos contribuyendo en gran medida a la contaminación del planeta.

Las frutas y verduras que son recolectadas fuera de temporada son maduradas y almacenadas en cámaras que emiten emisiones contaminantes, y eso sin contar su transporte. ¿Quieres saber cuáles son las frutas y verduras de temporada este mes de febrero? Pues sigue leyendo porque tenemos la información que buscas.

Frutas y verduras de temporada de febrero

  • Aguacate
  • Kiwi
  • Limón
  • Naranja
  • Acelga
  • Apio
  • Col
  • Coliflor
  • Endivia
  • Espinaca
  • Lechuga
  • Puerro

Un plato con naranjas troceadas

No obstante, en febrero también puede darse la circunstancia de encontrar aún alguna fruta de otra temporada, porque está entrando o saliendo de la misma: es el caso de la mandarina, el pomelo, el brócoli, la col de Bruselas, el nabo o la remolacha. Estos productos son producidos en la península ibérica por lo que, con el componente de proximidad, si los compras contribuyes a reducir tu huella de carbono y apoyas a las comunidades locales.

Por qué comer frutas y verduras de temporada

Hoy podemos encontrar casi todas las frutas y verduras en todas las épocas del año, pero eso no es lo natural. Cada una tiene su tiempo de crecimiento y maduración. Consumir fuera de temporada tiene consecuencias no solo para nuestro bolsillo: porque puede llegar a ser más del doble de claro, sino también para el medio ambiente.

Los productos se tienen que transportar desde lugares lejanos y conservar en cámaras durante mucho tiempo. La emisión de gases contaminantes es imparable durante el proceso. Un tercio de los gases de efecto invernadero están relacionados con la producción, transformación y distribución de alimentos, según la base de datos EDGAR-FOOD, que ha recopilado información de 1990 a 2015 de todo el mundo.

Elegir fruta y verdura de temporada tiene muchos beneficios: al consumir la fruta y verdura dentro de su ciclo natural, evitamos que haya un cultivo forzado de los mismos y estimulamos la producción local.

Además, disfrutaremos el sabor y precio serán mejores. Siempre es mejor que la fruta y verdura crezca hasta su tamaño natural al tiempo indicado, conservando todas sus propiedades, recuerdan desde la OCU. Apostar por los alimentos de temporada y locales ayuda a llevar una dieta saludable y a combatir el cambio climático.