A nadie le gusta encontrarse con ellas en la playa, pero las medusas llevan muchísimos años siendo un elemento clave para el ecosistema marino. Las medusas son uno de los organismos vivos más primitivos que se conocen. Existen registros fósiles de este animal invertebrado que se remontan a la Era Primaria, hace más de 600 millones de años.
Las medusas tienen unas células urticantes que usan para capturar presas y también como defensa. Estas células contienen una cápsula en cuyo interior hay un filamento enrollado y un veneno. Cuando una presa (o un bañista despistado) toca la superficie de la medusa, la cápsula se abre y los filamentos se eyectan y se clavan en la presa donde inyectan el veneno.
Según el tipo de medusa del que se trate, el veneno puede tener unos efectos leves o llegar a ser mortal. ¿Sabes cuál es la medusa más peligrosa del mundo? Te sacamos de dudas.
Cuál es la medusa más peligrosa del mundo
1.Avispa de mar: la medusa más peligrosa del mundo es la medusa Chironex fleckeri, también conocida como avispa de mar o medusa de caja australiana (Australian box jellyfish, en inglés). Con un veneno lo bastante potente como para provocar un paro cardíaco en cuestión de minutos, esta criatura mortal destaca como una amenaza importante en las aguas del océano Pacífico, sobre todo alrededor de Australia.
Las toxinas de su veneno atacan el corazón, el sistema nervioso y las células de la piel. Su contacto es tan doloroso, que muchas víctimas entran en shock y se ahogan o mueren de insuficiencia cardiaca antes de llegar a la orilla.
Quienes logran sobrevivir al encuentro con una avispa de mar pueden experimentar un dolor considerable durante semanas. A menudo presentan importantes cicatrices en el lugar donde los tentáculos entraron en contacto con la piel.
2.Medusa Irukandji: esta diminuta medusa, que se encuentra en aguas de Australia, mide menos de un centímetro, pero su picadura puede causar una enorme variedad de síntomas conocida como síndrome de Irukandji, que incluye dolores de cabeza, vómitos, ansiedad, hipertensión y, en casos extremos, hemorragia cerebral mortal.
3.Carabela portuguesa: técnicamente no es una medusa, sino una colonia de ellas. Puede causar una dolorosa picadura, graves erupciones cutáneas y reacciones alérgicas que incluyen dificultad para respirar, taquicardia y dolor punzante. La carabela portuguesa es reconocida por sus tentáculos, que pueden alcanzar hasta 20 metros o más. Además, la carabela portuguesa tiene un distintivo color violáceo intenso y una vela llena de gas. Esta vela permite que la medusa flote y se desplace con el viento, convirtiéndola en un verdadero navío de los mares.
Su alta densidad de nematocistos combinada con un veneno potente con propiedades neurotóxicas, citotóxicas y cardiotóxicas puede, en ciertos casos, inducir un shock neurógeno. Este shock es provocado por el dolor intenso y la parálisis que resultan de una picadura. Estas medusas se ven con frecuencia en las costas de Galicia y el Cantábrico. Además, se han avistado en aguas del Mediterráneo.
4.Ortiga de mar: la medusa ortiga de mar tiene una forma singular de campana simétrica semitransparente, en la que pueden aparecer algunas manchas de color rojo, naranja o marrón, según Medusas.org. Esta especie libera unas toxinas que pueden ser letales para pequeños animales, aunque no para el ser humano, excepto en casos que se pueda producir una reacción alérgica severa. Este tipo de medusas suelen vivir en zonas de aguas abiertas de los océanos más fríos del mundo.
Qué pasa si te pica una medusa
La intensidad de una reacción a la picadura de una medusa está sujeta a diversos factores:
En primer lugar, la especie y el tamaño de la medusa desempeñan un papel significativo, ya que algunas especies poseen venenos más potentes que otras.
Segundo, factores como la edad, el tamaño y el estado de salud general del afectado pueden influir en la gravedad de la reacción. Es importante destacar que los niños suelen ser más susceptibles a sufrir reacciones más intensas debido a su menor tamaño y sistema inmunológico en desarrollo.
La duración del contacto con los tentáculos de la medusa también es crucial, pues una exposición más prolongada resultará en reacciones más severas.
Por último, la cantidad de piel afectada por la picadura tiene un impacto considerable en la intensidad de la reacción. Cuanto mayor sea el área de piel en contacto con los tentáculos, mayor será la probabilidad de una tener una reacción grave.
•Los síntomas más frecuentes tras sufrir la picadura de una medusa son los siguientes, según MayoClinic.
- Sensación de quemazón, punzadas y dolor intenso.
- Erupciones o marcas en la dermis.
- Prurito o sensación de picor.
- Edema o inflamación.
- Dolor pulsante que puede propagarse hacia arriba en el miembro afectado.
•Si la picadura de la medusa es grave:
- Dolor abdominal, náuseas y emesis.
- Cefalea o dolor de cabeza.
- Dolores o espasmos musculares.
- Desvanecimiento, vértigo o desconcierto.
- Dificultad para respirar.
- Complicaciones cardíacas.
Hay una serie de cosas que puedes hacer si tienes la mala suerte de encontrarte en tu camino con uno de estos invertebrados y, te dejamos también lo que nunca debes hacer si te pica una medusa.
¿Cómo evitar las picaduras de medusa?
Hay que tener en cuenta que, pese a que las picaduras de medusa pueden ser dolorosas y a veces muy peligrosas, las medusas no atacan a los humanos a propósito.
La mayoría de las picaduras de medusas se producen al tocarlas por accidente.
Las medusas más frecuentes en España
Además de la carabela portuguesa y la avispa de mar, en las costas españolas se encuentran, entre otros, este tipo de medusas, según el Ministerio para la transición ecológica:
1.Medusa luminiscente (Pelagia noctiluca): es una de las medusas más frecuentes en las aguas españolas. Su nombre científico hace referencia a que esta especie brilla en la oscuridad. Cuando es excitada se produce una corta luminiscencia que deja una estela detrás y se va desvaneciendo poco a poco. Puede medir más de 20 centímetros de diámetro y tiene 16 tentáculos. Toda la superficie de su umbrela está recubierta de verrugas y tiene un color rosado rojizo característico. Es muy frecuente en aguas abiertas y se acerca al litoral arrastrada por los vientos de mar a costa, especialmente durante el verano. Es abundante tanto en el océano Atlántico como en el mar Mediterráneo.
2.Aguamala o acéfalo azul: este tipo de medusa de cuerpo traslucido y gelatinoso y urticante suele encontrarse en el océano Atlántico y en el Mar Mediterráneo. Es una de las más grandes, con unos 40 centímetros de diámetro. Destaca por su color blanco con ribetes morados y puntos también morados en sus ocho tentáculos. No se ven en grupos sino ejemplares aislados.
3.Aurelia aurita: esta medusa también conocida como medusa sombrilla o medusa luna, tiene forma de plato y brazos festoneados. Es distinguible por cuatro órganos reproductores en forma de herradura y de color violeta que se encuentran en su centro. Color transparente, manchado de azul-blanco. Es más abundante en zonas costeras y lagunas como el Mar Menor, pero también en fiordos y bahías cerradas con aportes de aguas continentales, así como lagunas y aguas costeras con variaciones salinas importantes. Su picadura es muy poco peligrosa, aunque puede producir irritaciones cutáneas.
4.Ctenóforo americano (Mnemiopsis leidyi): se trata de una especie invasora que es originaria de las costas atlánticas de América. Su introducción se realizó en el Mar Negro donde contribuyó al colapso de numerosas pesquerías. Se detectó por primera vez en el litoral español en el verano de 2009. Es un organismo pequeño y de apariencia extraña, con bellas iridiscencias de colores. No tiene tentáculos, sino que está formado por un bulbo de unos 10 centímetros de longitud. Se agrupa en grandes concentraciones (hasta 15.000 individuos por metro cuadrado). No produce ningún tipo de picadura.