Le llamamoslluvia de estrellas, pero en realidad son meteoros. Cada año se producen diez grandes fenómenos de este tipo. Un meteoro es el fenómeno resultante de la penetración de una partícula de materia (meteoroide) en la atmósfera a gran velocidad. La vaporización de la partícula por su colisión con las moléculas del aire produce una luminosidad que hace observable este fenómeno al que coloquialmente llamamos estrella. Su duración suele ser de una fracción de segundo.

La altura a la que el meteoro se hace visible es del orden de 100 kilómetros, aunque depende un poco de la velocidad de penetración, evaporándose a mayor altura las partículas que inciden a mayor velocidad, según explican desde el observatorio Astronómico Nacional. Las partículas de tamaño entre una décima de milímetro y algunos centímetros se consumen totalmente por encima de los 50 kilómetros, aunque el gran brillo y velocidad transversal de alguno de ellos los haga aparecer próximos al observador.

Solo algunos meteoroides, con una masa inicial suficientemente grande de más de un kilo y de consistencia muy sólida (rocosa, metálica), llegan al suelo cada día, pasando a denominarse meteoritos.

Lluvia de estrellas de julio: Delta Acuáridas

La lluvia de estrellas de las Delta Acuáridas comienza a verse a mediados de julio y dura hasta finales de agosto, pero su máxima intensidad suele producirse en torno a la madrugada del 28 y el 29 de julio. El mejor momento para ver la lluvia será en las primeras horas de la madrugada, entre las 2 y las 3 de la madrugada. Y, siempre, en condiciones de baja luminosidad, cuando la Luna no esté presente o se encuentra en un estado menguante.

Los orígenes de las Delta Acuáridas son desconocidos, pero se cree que el Cometa 96P Machholz es su cuerpo principal.

Lluvia de estrellas de agosto: Las Perseidas

De entre las muchas lluvias de estrellas que poder disfrutar año tras año, la lluvia de estrellas de las Perseidas es una de las más populares (conocida también como las lágrimas de San Lorenzo), que tiene lugar entre mediados de julio y principios de agosto, produciendo su tasa máxima de meteoros alrededor del 10 de agosto, San Lorenzo, de ahí su nombre.

Los astrónomos esperan ver entre 50 y 60 estrellas fugaces por hora, o alrededor de una por minuto.