La pandemia de coronavirus nos ha convertido en auténticos expertos en limpieza. Las medidas de higiene que contribuyen a la prevención de contagios han llegado a nuestras vidas para quedarse. Ahora bien, si aún tienes dudas de cómo gestionar el lavado en tu casa aquí te damos algunas claves.

Con la llegada del verano, el cambio de armarios y la limpieza a fondo se convierten en esa gran tarea que todos buscamos rehuir. Si eres uno de esos mortales que no puede contratar a una empresa especializada, ha llegado el momento de hacerte con un arsenal de utensilios y productos. Necesitarás algunos trapos de algodón, un par de bayetas, algunos cubos, lejía y amoniaco.

El orden de objetos y muebles debe convertirse en tu gran aliado para abordar con éxito la limpieza estival. Es importante que apliques esta premisa a todas las estancias. Además, recuerda que existen objetos que se convierten en acumuladores de polvo y resulta vital que selecciones aquello de lo que puedes prescindir. Y, ¿qué hacemos con eso que nos sobra? Existen muchas asociaciones benéficas que recibirán con agradecimiento todo lo que para ti ya se ha convertido en un estorbo.

¿Cómo limpiar alfombras, cortinas y ropa de cama?

Muchos hogares cubren sus suelos con alfombras. Aunque acudir con ella al tinte es una opción de lo más sencilla, existen varios métodos para resolver su lavado en nuestra propia casa. La revista de decoración El Mueble comparte algunos trucos:

  • Si tienes una alfombra de lana, debes hacerte con bicarbonato de sodio. Dos horas serán suficientes tras espolvorear una capa sobre ella. Para retirarlo, ayúdate de tu aspirador.
  • Del mismo modo, la sal también permite hacer una limpieza similar, aunque en este caso se debe enrollar la alfombra.
  • Si estas opciones no te convencen, puedes adquirir productos específicos, hechos con un disolvente de polvo que actúa con rapidez.
  • Por último, si tienes un lugar donde colgar tu alfombra donde la ventilación sea buena, mezcla agua con detergente y empapa su superficie. En dos días verás los resultados.

En el caso de las cortinas, dos visitas anuales a la lavadora pueden ser suficientes. Fija las fechas antes y después de poner la calefacción. En el caso de la funda del colchón, hazlo de manera anual. Eso sí, prioriza siempre la limpieza de sábanas y fundas de almohadas. Desde laSexta.com se recomienda lavar las sábanas semanalmente. Por su parte, las fundas de las almohadas deben ser cambiadas dos o tres veces por semana. En verano, éstas sufren especialmente con el uso de cremas y el sudor causado por las elevadas temperaturas. Aunque muchos no reparen en este detalle, las paredes también deben ser lavadas. Hazte con un cepillo normal, envuélvelo con una tela y recuperarás el color de la pintura.

Aprovecha también para dejar tu colchón lavado. Empresas referentes en el sector, como Lomonaco, aconsejan emplear una funda y comenzar retirando las manchas. Para lograrlo, puedes valerte de productos naturales para la limpieza, tales como limón y agua, vinagre, detergente, agua oxigenada o bicarbonato. Efectúa esta limpieza cada seis meses, ajustándote al cambio de temporada. Aprovecha este momento para darle la vuelta. Tras el lavado, sírvete de una de las paredes de tu dormitorio para dejarlo secar, asegurando que existe una buena ventilación.

Al margen de las recomendaciones, cada uno de nosotros conoce su hogar y las necesidades que éste requiere. Planifica tu limpieza utilizando estos consejos, pero no olvides adaptarlos a ti y a lo que la vida en tu casa requiere.