Enfermedades
Sanidad reconoce la COVID persistente, la celiaquía, el dolor crónico no oncológico y las secuelas de la polio como enfermedades crónicas
Los detalles Estas enfermedades han sido reconocidas como enfermedades crónicas, por el Ministerio de Sanidad, incluyéndolas en el Plan Operativo 2025-2028 de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad, aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

La Covid persistente, la celiaquía, el dolor crónico no oncológico y las secuelas de la polio han sido reconocidas como enfermedades crónicas, por el Ministerio de Sanidad, incluyéndolas en el Plan Operativo 2025-2028 de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad, aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), un plan que pretende dar continuidad al enfoque integral de atención a las enfermedades crónicas, consolidando los principios y objetivos establecidos en 2021 tras la evaluación de la Estrategia y avanzando hacia su aplicación efectiva.
La Estrategia de Abordaje de la Cronicidad es un pilar fundamental para fortalecer el Sistema Nacional de Salud (SNS), promoviendo una atención integrada, equitativa y centrada en las personas. La Atención Primaria (AP) tiene un papel clave en este enfoque, como eje central para coordinar la atención sanitaria, garantizar la cercanía al entorno del paciente y liderar la atención domiciliaria, crucial para personas en situación de complejidad clínica o social, siendo muy necesaria la coordinación sociosanitaria entre niveles y sectores para conseguir mejorar dicha atención.
Para ello, recoge la experiencia acumulada durante estos años e incorpora recomendaciones concretas orientadas a responder a necesidades específicas de las personas con problemas crónicos de salud. De este modo, y según informa Europa Press, "tiene como objetivo servir de instrumento operativo para favorecer una atención más integrada, proactiva y centrada en las personas, que refuerce la cohesión del SNS y garantice respuestas adaptadas a la diversidad de situaciones que plantea la cronicidad España".
Líneas de actuación para las distintas enfermedades
1. COVID persistente
El plan recoge distintas líneas de actuación para cada una de las cuatro nuevas patologías incorporadas. Para la Covid persistente, apuesta por establecer circuitos asistenciales específicos y protocolos de seguimiento multidisciplinar para personas con síntomas prolongados tras la Covid-19, garantizando una respuesta adaptada, integral y basada en la evidencia.
Un estudio publicado en 2023 en la revista científica 'BMC Medicine' y dirigido por ISGlobal, concluyó que "el 23 % de las personas infectadas con SARS-CoV-2 entre 2021 y 2023 desarrolló COVID persistente y en más de la mitad de ellas los síntomas persistieron durante dos años".
2. Celiaquía
En el caso de la enfermedad celíaca, el plan insta a mejorar el diagnóstico precoz y la formación de los profesionales y del paciente, promoviendo su empoderamiento para garantizar un adecuado control de la enfermedad y una adherencia efectiva a la dieta sin gluten.
La celiaquía es trastorno digestivo y autoinmunitario que daña el intestino delgado y que se presenta por una intolerancia a las proteínas del gluten que se encuentra en trigo, cebada, centeno y derivados híbridos. Es un trastorno que no siempre da síntomas y del cual se desconocen aún sus causas. En este artículo, La enfermedad celiaca no siempre da síntomas y el único tratamiento que existe es llevar una dieta sin gluten, os explicamos cómo detectarla y cómo tratarla.
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3. Secuelas de la polio
En este caso, el plan insiste en fortalecer la detección y ofrecer un cuidado integral que brinde una atención coordinada y personalizada. En España, la poliomielitis es una enfermedad que ha sido controlada gracias a la vacunación. Según informa el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), España utiliza exclusivamente la vacuna inactivada (VPI)desde 2004.
4. Dolor crónico no oncológico
Por último, respecto al dolor crónico no oncológico, llama a fomentar un enfoque multidisciplinar basado en la evidencia para mejorar el control del dolor, reducir el uso excesivo de analgésicos, especialmente los opioides, y promover alternativas terapéuticas, tanto farmacológicas como no farmacológicas, seguras y eficaces.