No, las personas con síndrome de Asperger no son más ni menos inteligentes que el resto ni tampoco rechazan el contacto social. En torno a este trastorno, que se engloba dentro del autismo o trastorno del espectro autista (TEA), existe aún mucho desconocimiento y muchos mitos que todavía quedan por derribar.

Se estima que en España hay 470.000 personas con autismo, de los cuales entre el 18-25% tienen Asperger, según datos de la Confederación Asperger España. No todas las personas con este trastorno tienen que tener los mismos síntomas ni tampoco en el mismo grado, pero de forma general podemos definir el síndrome de Asperger como un trastorno del neurodesarrollo en el cual existen "dificultades en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento".

Y así, "podemos destacar algunos falsos mitos y creencias populares acerca del Asperger, con el fin de llegar a comprenderlo mejor y no generar prejuicios", afirma a laSexta.com la profesora Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología, Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Europea de Valencia.

Mito 1. El Asperger sólo se produce solo en la etapa infantil

Totalmente falso. Como explica Guillem, "el síndrome se produce durante la evolución del desarrollo neurológico y aunque es más fácilmente detectable durante la infancia podemos encontrar algunos adultos que lo padecen y que durante los años se adaptaron a la sociedad pasando desapercibidos y obteniendo un diagnóstico tardío".

Mito 2. Son personas que no se relacionan con los demás

Igualmente, esto es falso. Las personas con síndrome de Asperger buscan la forma de comunicar e interactuar socialmente con los demás, "pero al no contar con las necesarias habilidades de comunicación, muchas veces se frustran al intentarlo y esto hace que parezca que no quieran relacionarse, pero simplemente es que puede que no entiendan las bromas, los dobles sentidos o las metáforas que pueden ocurrir durante una conversación normal", expone la catedrática.

Mito 3. Tienen fobia social y tienden al aislamiento

Este es sin duda otro mito que está muy relacionado con el anterior y por supuesto, también es falso. "El miedo al rechazo social por ser incomprendidos puede hacer que tiendan a evitar los grupos sociales donde hayan sufrido alguna experiencia negativa con repercusión emocional o simplemente como prevención ante una nueva posible mala experiencia", señala la experta.

Mito 4. Son personas asexuales

Igualmente falso. Es importante entender que las personas con síndrome de Asperger -tal como indica Guillem- "tienen las mismas necesidades de cariño y/o de deseo que cualquier persona, pero su forma diferente de comunicar y de generar relaciones, dificulta tanto las relaciones amistosas como las de pareja".

Mito 5. Tienen dificultad de expresión

No, tampoco esto es verdad: "Las personas con Asperger poseen un lenguaje muy correcto, en ocasiones pueden alterar el tono o usar unas formas de expresión fuera de contexto, pero son metódicos, pragmáticos, literales y funcionales", añade.

Mito 6. Carecen de sentimientos, emociones y empatía

Y no es que sea falso sino que es totalmente lo contrario: "Tienen las mismas emociones que cualquier persona lo único que pueden no entender las emociones de los demás y esto hace que sus respuestas sean no convencionales o desproporcionadas. Les cuesta empatizar pero esto no significa que no lo intenten".

Mito 7. Todas las personas con Asperger son superdotadas

No es cierto. "El concepto sería que aproximadamente un 30% de las personas que se denominan de alta capacidad tienen asociado algunos problemas emocionales, sociales, de conducta y/o de aprendizaje", explica Guillem. Pero esto no significa que por tener este trastorno tengas que tener altas capacidades. Pues como indica también la Confederación Asperger España: "Las personas afectadas tienen un aspecto e inteligencia normal y, a veces, superior a la media".

Mito 8. Las personas con Asperger son agresivas

Otra falsedad más. "Para nada", afirma Guillem. Y es que "las personas con Asperger no presentan comportamientos violentos. Pueden darse problemas de comunicación o interpretación que lleven a malos entendidos e incluso produzcan alteración en el tono y proyección de su voz pero esto no se relaciona con violencia", concluye.