La exigencia por ser la mujer, la madre y la trabajadora perfecta -da igual el orden- es una realidad que inevitablemente, viven muchas mujeres hoy en día. La autoexigencia es tal que muchas veces el sentido común se vuelve en contra y aparecen los (temidos) sentimientos de culpa.
Culpa por no educar ni hacer con los hijos/as todo lo que les gustaría o por no calma una rabieta como dice tal autora/a. Pero la perfección no existe. Tampoco en la maternidad ni en la educación. Y es que "cada madre es la mejor madre que puede ser (y no la que le gustaría ser)", afirma a laSexta.com Paola Roig (@paoroig), psicóloga perinatal especializada en maternidad y crianza y autora del reciente libro 'La crianza imperfecta. Por qué no puedes llegar a todo, y está bien así'.
Sí, estará bien lo que hagas, estarán bien hasta dónde llegues. Estará bien y no pasará nada por no ser una madre perfecta. Es cierto que la generación actual de madres viven en una era donde todo lo que queremos saber está a golpe de click.
"Las madres millenials sabemos perfectamente qué zapatos son mejores para nuestras criaturas, a qué edad es mejor introducir el gluten en su dieta o cómo deberíamos acompañarlos en una rabieta. Pero no podemos hacerlo todo de manual. No, no se puede, es imposible", añade la experta.
Las madres millenials sabemos qué zapatos son mejores para nuestras criaturas o cómo deberíamos acompañarlos en una rabieta. Pero no podemos hacerlo todo de manual, es imposible
Porque al final y esto es lo que Roig ve cada día en su consulta de psicología, "esta sobreinformación acaba transformándose en sobreexigencia". En la sobreexigencia de querer llegar a todo, de querer tener la casa como la tiene esa persona que aparece en redes sociales o de querer gestionar de manual y perfectamente cualquier conflicto que surge, por ejemplo, con la comida.
"Y si no se llega, muchas madres pueden sentirse culpables por ello. Pueden incluso llegar a sentirse muy malas madres. Y para no caer en esto, es importante entender que nadie nos enseña a ser madres sino que vamos aprendiendo mientras lo hacemos. Según nuestros aprendizajes y nuestros recursos. Porque a veces la teoría es tan rígida que parece un corset, que más que ayudar, aprieta", asegura Roig.
Además, y tal como señala esta experta, para evitar esa culpa o para dejar de lado eso de las madres perfectas, es importante no coger las partes por el todo. Esto es "en un día poder haber hecho mil cosas cosas pero al final del día perdemos un momento los nervios y le damos a nuestros hijos/as un grito, y ya como que sólo nos quedamos con eso. No vemos el todo sino sólo una pequeña parte".
Y relacionado con esto, es de gran ayuda también entender que como generación no podemos cambiarlo todo: "A veces, se te escapa un grito, pero luego te disculpas con tu hijo/a. Y eso ya es mucho cambio con respecto a la generación anterior. Por ello, es vez de querer cambiar todo, es mejor centrarnos en ese poquito que estamos cambiando. Hacemos lo que podemos con lo que tenemos", afirma Roig.
5 consejos para evitar la culpa por no ser una 'madre perfecta'
Para intentar flexibilizar esa autoexigencia o los sentimientos de culpa que irremediablemente aparecen a veces, las psicólogas y directoras del Instituto de Psicología PSICODE (Madrid, Alicante, Valladolid), Cecilia Martín Sánchez y Marina García Fuentes ofrecen a laSexta.com una serie de consejos prácticos.
"Los 'debería' y 'tengo que' nos hacen sentirnos culpables. Y ello, unido al hecho de ir corriendo todo el día de un lado a otro, hace que nos quedemos inmersas en una situación de estrés diaria de la que puede ser difícil salir. Para ello, estos consejos".
1. Tómate tu tiempo para descansar
Como explican las expertas, nuestra energía es limitada y la maternidad no viene con una capa y una varita mágica que nos hace súper heroínas. Por ello la primera regla clave es ser consciente que necesitas descansar y que, en ocasiones, hay que pedir ayuda a la familia y a los amigos y delegar tareas", aconsejan las expertas. "El agotamiento sólo nos trae irritabilidad, perdemos antes la paciencia con nuestros hijos y viene la culpa al desgastarnos más. Además, cuando aparece el agotamiento es una señal que te está diciendo que necesitas descansar".
2. Prioriza las cosas y valora lo que haces
Es importante "saber priorizar, dedicarle tiempo a lo importante y saber decir no, sin sentirnos culpables. Porque además de madres somos personas y por ello, debemos repetirnos a nosotras mismas: 'Tengo derecho a descansar y a querer estar sola'. Nuestros hijos nos verán más felices y el tiempo que les dediquemos será más enriquecedor para todos", explican las expertas. también es muy importante que valoremos todo lo que hacemos: "Saber ver todo aquello que hacemos bien, no sólo lo que nos quedó pendiente y valorarnos en todos los roles, no sólo en el de madre".
3. Deja a un lado la multitarea...
Es una de las cosas que más estresa. Creemos que al hacer varias cosas al mismo tiempo, estamos avanzando, sin embargo lo que conseguimos es hacerlo todo 'a medias' y estresarnos más. Por ello, es mejor priorizar y centrarnos sólo en una o dos cosas. Así como olvidarse del perfeccionismo, sobre todo en aquellas cosas urgentes pero no importantes.
4. ... y olvida las 'cosas pendientes'
Porque "al final nos daremos cuenta de que muchas de esas tareas que estaban en la lista, no las hicimos nunca y no pasó nada grave por ello. A veces, son solamente autoimposiciones que nos hacemos y nos estresan aún más", explican las expertas. Por ello, debemos simplificar nuestra vida: "Dejar de rellenar nuestra agenda con múltiples actividades y recados y dejar o guardar tiempo para simplemente descansar y tiempo para 'perder el tiempo'. Pues siempre van a surgir imprevistos".
5. Mejor tiempo de calidad y no cantidad
"Dedicar tiempo en exclusiva a los hijos y de calidad, prestándoles atención absoluta y haciendo que ellos/as se sientan queridos y prioritarios, es mejor que estar con ellos/as todo el día, pero haciendo otras mil cosas al mismo tiempo. Así, el tiempo que les dediquemos, que sea de disfrute también para nosotras las madres porque sin duda lo disfrutaremos mucho más", afirman las especialistas.
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6. Disfruta de los pequeños instantes
Y por último, es fundamental "disfrutar de los pequeños instantes de felicidad que tenemos cada día y guardar pequeños momentos para sonreír, abrazar y besar a nuestros hijos/as. Esa satisfacción nos hará sentirnos felices, aunque no hayamos podido pasar todo el tiempo que quisiéramos con ellos", finalizan las psicólogas.