El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en los hombres. En España, se producen al año más de 30.000 nuevos casos. Ahora una investigación sueca aporta más datos sobre su prevención, esto es, de disminuir el riesgo de tener este tumor.

La investigación realizada por el Departamento de Actividad Física y Salud, Escuela Sueca de Ciencias del Deporte y la Salud GIH, Estocolmo y publicada en la revista científica 'British Journal of Sports Medicine (BJSM)' sostiene que un aumento anual de un 3% o más en la aptitud cardiorrespiratoria está relacionado con un riesgo 35% menor de desarrollar este tumor.

Pero no a morir a causa del tumor, en el caso de padecerlo. Esto es, disminuye el riesgo no padecer o tener cáncer de próstata. Es por ello que el ejercicio, especialmente el aeróbico, que es aquel que aumenta la actividad y función cardiorespiratoria sería más que recomendable o positivo: "las mejoras en la aptitud cardiorrespiratoria en hombres adultos deben alentarse y pueden reducir el riesgo de cáncer de próstata", rezan las conclusiones de este trabajo.

De hecho, y según las recomendaciones generales de actividad física de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es recomendable realizar entre 150 y 300 minutos a la semana de actividad aeróbica (correr, caminar, nadar...) de intensidad moderada a la semana, unido a al menos 2 sesiones a la semana de ejercicio de fuerza.

Más de 57.000 hombres estudiados

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores suecos recopilaron información de 57.652 hombres de un total de 181.673, sobre su actividad física, el estilo de vida, la salud percibida, la medición de la masa corporal y la altura, y los resultados de al menos 2 pruebas de aptitud cardiorrespiratoria, medidas pedaleando en una bicicleta estática.

Los hombres se dividieron en grupos según si aumentaron anualmente en más del 3%, disminuyeron en más del 3%, o se mantuvo estable. Y para evaluar si el cambio en la condición física sobre el riesgo de cáncer de próstata variaba según la condición física inicial, se crearon 3 grupos de igual tamaño de condición cardiorrespiratoria baja, moderada y alta.

Para el análisis de incidencia, todos los participantes fueron monitoreados desde la fecha de la última evaluación hasta la fecha de su diagnóstico de cáncer de próstata, o muerte por cualquier causa, o hasta el 31 de diciembre de 2019, lo que ocurriera primero.

Y para el análisis de mortalidad, se realizó un seguimiento de su supervivencia desde la fecha de su segunda evaluación hasta la fecha de muerte por cáncer de próstata, muerte por cualquier causa o hasta el 31 de diciembre de 2019, lo que ocurriera primero.

A más aptitud cardiorespiratoria, menor riesgo de tener cáncer de próstata

De este modo y durante un período promedio de casi 7 años, 592 hombres (1% de la muestra total) fueron diagnosticados con cáncer de próstata y 46 (0,08%) murieron a causa de su enfermedad. Según el estudio, "un aumento porcentual anual en la aptitud cardiorrespiratoria absoluta se asoció con un riesgo 2% menor de cáncer de próstata, pero no de muerte, después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes, como la edad, el nivel educativo, el año de la prueba, el peso (IMC) y el tabaquismo".

Por otro lado, y cuando se agrupó a los participantes según si su condición cardiorrespiratoria había aumentado, permanecido estable o había disminuido, "aquellos cuya condición física había mejorado en un 3% o más al año tenían un 35% menos de probabilidades de desarrollar cáncer de próstata que aquellos cuya condición física había disminuido".

Por último, y cuando los participantes fueron agrupados según su condición cardiorrespiratoria en su primera evaluación, la asociación entre la condición física y una reducción en el riesgo de cáncer de próstata solo fue estadísticamente significativa (15% menos) para aquellos con un nivel moderado de condición física para empezar.

Los investigadores insisten, no obstante, en que este trabajo se trata de "un estudio observacional" y, como tal, no puede establecer factores causales, además de tener en cuenta que los factores genéticos tienen un papel importante tanto en la aptitud cardiorrespiratoria de una persona como en el riesgo de cáncer, destacan los investigadores.